DESUBICADA

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Al Desnudo

Por: Edgar Rodríguez 

Hay quienes viven de glorias pasadas. Y luego está la tecomense Itzel Ríos de la Mora, que no solo las vive, sino que parece habitarlas a tiempo completo, como si el calendario se hubiera congelado allá por los días del exgobernador Silverio Cavazos (+), su paisano y benefactor político. Hoy, a seis meses después de haber aterrizado —o mejor dicho, aterrizado de nuevo— y cobrando en la administración pública como Síndica Municipal de Colima, lo único que parece representar legalmente es su propio ego.

Porque, a ver, ¿quién dijo que ser síndica era sinónimo de andar como sombra del alcalde Riult Rivera Gutiérrez? Nadie. Pero a la señora le gusta tanto el reflector que no hay evento público donde no se le vea estratégicamente colocada —siempre en primera fila, por supuesto— como si en lugar de síndica del Ayuntamiento fuera la primera dama del municipio. O peor aún, la alcaldesa alterna.

Dentro del Cabildo, la presencia de Ríos de la Mora ya se siente como ese molesto dolor de muelas que ni con analgésicos desaparece. Se queja con todos, por todo y de todo. Pero eso sí, cuando se le pone un alto, grita “¡violencia política de género!” como si fuera su comodín favorito. Qué conveniente, ¿no?

Claro, su verdadera motivación no es un secreto para nadie: el 2027 la tiene soñando despierta. Y aunque en la fila hay mujeres con verdadera trayectoria y peso electoral —como Hilda Lizette Moreno Ceballos, que ha ganado dos veces en las urnas—, Itzel ya se ve cortando listones y posando para las portadas. Ambición no le falta. Realidad, bastante.

Lo irónico del asunto es que se queja de ser una “firmona”, cuando esa es justamente su chamba: firmar documentos revisados por los abogados del Ayuntamiento, no andar presidiendo eventos como si fuera la anfitriona oficial del municipio. Eso de representar legalmente al Ayuntamiento no incluye, en ninguna parte, el ser la acompañante del alcalde. Pero bueno, cada quien interpreta la ley como le conviene.

Y ahí están los regidores, el secretario del Ayuntamiento Francisco Ánzar Herrera y hasta su ahijado político, Enrique Rojas Orozco, aguantando pacientemente sus shows como si no pudieran hacer algo. Seis meses han pasado y aún no logran bajarla del presídium ni quitarle el hábito de posar para la cámara como si fuera a ganar el Oscar municipal.

Dicen que el alcalde Riult Rivera Gutiérrez ha sido demasiado prudente. Otros dirían que más bien ha sido demasiado paciente. Porque mientras ella se pasea como diva de gala, la función que juró cumplir sigue en segundo plano.

Ojalá que el Espíritu Santo —o al menos un buen asesor político— la ilumine. Porque si sigue así, lo único que va a representar legalmente será su fracaso político. A los que la metieron en la planilla ya se les debe haber atragantado la decisión. Y con justa razón.

Se dice que…

*Hay que reconocerle a la síndica Itzel Ríos De La Mora, que es muy hermanable, protectora de sus consanguíneos. A su hermano, a pesar de sus evidentes carencias y limitaciones, lo tuvo y sostuvo varios años como subdelegado del ISSSTE en Colima, y ahora tiene a su hermana como directora de Resiliencia en la administración municipal de Colima.

* Aún es buen tiempo de que Itzel se ubique y entienda la verdadera razón por la que está en el ayuntamiento que preside Riult Rivera. Que entienda que Colima necesita síndicos, no protagonistas de reality.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a CN COLIMANOTICIAS.