PARACAÍDAS
Por: Rogelio Guedea
Desde que irrumpió un significativo sector médico para exigir mejores condiciones laborales e insumos para realizar con pertinencia su trabajo no ha sido posible (ni parece que lo será) poner orden en el sector salud de nuestra entidad. Como siempre, una vez brotado el incendio la propia gobernadora Indira Vizcaíno, causante en realidad del mismo debido a unas declaraciones poco prudentes que hizo sobre este sector, implementó una terapia cicatrizante que parece que solo fue un paliativo temporal porque las quejas siguen y crecen en el sector. Para este artículo, yo mismo me entrevisté recientemente con personal clave del sector salud y no hicieron sino ratificarme que las cosas no habían cambiado nada e incluso seguían de mal en peor. Lamentablemente, si bien la gobernadora Indira Vizcaíno atendió el problema de forma personal, también es cierto que dentro del protocolo de solución de contingencias debería ocupar la primera línea de combate el secretario de Salud, sin embargo: ¿dónde está? En muchos rubros de la administración indirista hay crisis severas porque quienes encabezan esas secretarías no tienen el perfil para hacerlo, carecen de la capacidad para realizar tal tarea con eficiencia. Es el caso del sector Salud, con el secretario Víctor Manuel Torrero Enríquez. Lo mismo sucede con la subsecrertaría de Cultura, en franca decadencia también. No se diga en seguridad. En Educación, por ejemplo, van las cosas tan mal que parece que el proselitismo político que realiza Memo Toscano a través del programa de alfabetización, que ha invisibilizado al propio secretario Adolfo Núñez González, es más importante que atender las necesidades laborales de todo el magisterio, sobre todo ahora que sufrieron una estocada en plena espalda con la reforma a la ley del ISSSTE. La gobernadora Indira Vizcaíno se evitaría estas crisis en los sectores más importantes de su gobierno si tuviera los perfiles realmente idóneos en ellos, pero quizá ella misma se pregunte: ¿existen perfiles idóneos entre mis colaboradores? Yo dudaría que no, pero tratándose de una tarea tan trascendente para el bienestar de la sociedad colimense, habría que sacarlos hasta por debajo de las piedras. No sé hasta cuándo podamos seguir así, pero sí sé que urge que la cosas cambien. No es posible que la entrega y más entrega de programas sociales sea el único motor de desarrollo de nuestra entidad.
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