Por Gustavo López Solórzano
La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Howard G. Hendricks. Profesor de teología.
Con Julio hemos sido buenos amigos desde la secundaria, recorríamos juntos el camino que nos llevaba a la fuente del saber acompañados por otro buen compañero al que apodábamos “Karma”, derivado de su afeitada cabeza, misma que lo asemejaba con un personaje de la revista de Kalimán. Desde entonces nos apasionaba ir a la Cruz Roja y a los Bomberos para prestar servicio, ahí conocimos a mucha gente de gran corazón y actitud exitosa. Recuerdo a nuestro amigo Rafa el “Flamas” a Don Agustín Paredes, a Don Eduardo Leal, Don Guadalupe Espíritu, Simón Anguiano, Enrique Morales Novela, en fin, ocuparía demasiado espacio para ser justo y nombrarlos como ellos lo merecen.
Independientemente de lo que cada quien traemos como parte de nuestra misión a cumplir en este plano material, en ambas instituciones reforzamos nuestro aprendizaje sobre el valor de dar y jamás espera nada a cambio. La indicación para todos los integrantes era que donde escucháramos la sirena, estuviéramos al pendiente por si acaso fuera necesaria nuestra participación. Lo cierto es que en estas instituciones, lo digo sanamente, muchos pagamos porque nos alquilen y en nuestro caso estábamos siempre listos al llamado.
Atender a un lesionado, acudir a un incendio, descender a un barranco, etc. representa una gran responsabilidad y más allá de alimentar al ego, se necesita un alto sentido humano y la preparación necesaria para atender cualquier contingencia. Salvar una vida es la mayor satisfacción que un ser humano puede experimentar, aprovecho para enviar un saludo a mi amigo Martín Hernández que sabe bien de lo que estoy escribiendo. Lamentablemente poca gente sabe qué hacer en un momento de urgencia, otras personas no miden las consecuencias y actúan de manera irresponsable, resultado, ¡llamen a la ambulancia!
Era mediodía en Cuyutlán, Julio y yo hacíamos un recorrido por la zona de playa alejada de los hoteles, sabíamos que era una parte descuidada por quienes prestaban servicio de guardavidas y en consecuencia de mayor riesgo. A lo lejos algo llamó nuestra atención, un grupo de gente amontonada cerca de donde reventaba la ola; muy cerca, rápidamente llegamos al lugar temiendo lo peor, seguramente una persona ahogada o alguien que estaba a punto de; con los ojos desorbitados nos dimos cuenta de que nuestra imaginación había sido superada por la realidad, eran tres personas las que se estaban ahogando tras la reventazón, justo en donde una tintorera mordió a Don Víctor Vázquez, hace muchos años y para fortuna de los involucrados, ahí estaba el experimentado salva vidas a quien apoyamos con prontitud. Comida, alcohol y ejercicio, jamás se llevan y representan un desenlace mortal, en esta ocasión les cuento un final feliz, muchas personas no se han salvado.
ABUELITAS:
El Secretario de Educación en nuestro estado reconoció la importante labor que día a día realizan de manera coordinada con los padres de familia los trabajadores del gremio en Colima,. Lo anterior al señalar que estudiantes y docentes gozan de dos semanas de receso escolar y laboral. El Maestro José Guillermo Rangel Lozano, señaló que los espacios educativos cuentan con personal de guardia que los atiende. Así mismo, hizo alusión al reconocimiento del gobierno federal por las importantes acciones que se realizan y el seguimiento permanente a las mismas, lo anterior ha redundado en mejores respuestas a las gestiones del Lic. Mario Anguiano Moreno. Felicidades Colima y adelante con la educación. Es cuánto.