TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Ninguna capacitación policial es lo suficientemente buena si no va de la mano con un pago justo y un retiro económico digno, acorde a la riesgosa responsabilidad que desempeñan los encargados de brindar seguridad a la ciudadanía sean de la dependencia que sean. Por otra parte, es necesario que los elementos de las diferentes corporaciones cuenten con el respaldo legal que les brinde seguridad en el momento cumplir su labor. Hoy los policías temen cumplir con su deber porque la ley los limita y pone en riesgo no solo su integridad física, sino su propia libertad como ciudadanos. Hoy también  muchos agentes pensionados y jubilados confían en sus autoridades y esperan un aumento que hace años no llega.

Falta de escrúpulos, buena puntería y un tremendo temor a perder, eran los requisitos que usaban los matones en el viejo oeste, eso además de una pistola del tamaño de su miedo. Fueron tiempos aciagos para quienes vivieron esa época, lamentablemente no fueron los únicos. Desde que el ser humano llegó a la tierra ha tenido una constante, la lucha de poder, misma que ha generado rivalidades, pleitos y muerte, siempre a cargo del más fuerte, que no inteligente. Intrigas, envidias, cerrazón, asociaciones delictuosas “permitidas” en el anonimato y  muchas otras monerías que son calladas con dinero, forman parte  de los hechos históricos contados por “los más fuertes”, léase por quienes han tenido el poder económico. Naturalmente como ya lo mencioné, de la tentación del poder poca, muy poca gente  se escapa. “Es que se siente tan bonito mandar” diría un “servidor público” de cuyo nombre me he olvidado. Entonces generación tras generación los hechos se repiten, siempre existen los vencedores y  los vencidos, que muchas veces ganan más que el propio ganador; perdiendo también se gana.

Lo peor de todo no es que siempre exista alguien que lleva agua solo para su molino, sino que haya quien pague la tubería, los mozos y todos los enseres necesarios para ello, muchas veces sin saberlo a ciencia cierta. O sea que de manera engañosa, unos calientan cabezas, otros caen y terceros pierden. Quien se beneficia con ello, bueno pues sin duda ese es un trabajo para la araña, aquel personaje de mi infancia que era interpretado por Toby del dibujante John Stanley, padre de la pequeña Lulú. La segunda parte del problema es que Filemón; el pueblo, siempre paga, porque esas personas solo buscan satisfacer sus propios intereses y poco o nada les importa la gente, el objetivo es mantenerse en el poder al más puro estilo del viejo oeste, armados hasta los bolsillos.

ABUELITAS: Con  la pega de mil calcas con mensajes alusivos al cuidado y exploración oportuna de mamas, el voluntariado que atinadamente coordina la señora Bertha Zermeño de Torres Ortiz, promueven la campaña “Que no se nos olvide” para la prevención del cáncer de mama. Sin duda una noble labor que va más allá de solo cumplir con una encomienda, se necesita vocación de servicio y en ese sentido la señora Bertha y su equipo de trabajo lo están demostrando. Es cuánto.