TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud. Ralph Nader, activista y abogado estadounidense.

Seguramente todos hemos leído o escuchado las siguientes frases: “fulanito es un vicioso”, “no le des limosna porque la quiere para seguir tomando”,  “si tuviera necesidad realmente te aceptaría el taco” etc. así de frágil y juiciosa es nuestra mente subconsciente, deductiva e inductiva, da por hecho ciertas situaciones que solo existen en ese espacio misterioso, en lo más recóndito de nuestro ser, el lugar donde volvemos realidad nuestras fantasías. La palabra vicio es definida por el diccionario como nombre masculino: 1.- Hábito de hacer mal algo o de hacer una cosa perjudicial o que se considera reprobable desde el punto de vista moral. “vicio de fumar; vicio de beber; jamás había tenido el vicio de mentir; tiene el vicio de hablar alto” 2.- Situación de libertinaje o entrega desenfrenada a los placeres sexuales.” entregarse al vicio; caer en el vicio y la corrupción”. Para fortuna de los “viciosos”, hoy se sabe que muchos de esos llamados vicios en realidad son patologías, enfermedades que sufre la persona y cuyo origen, principalmente emocional puede tener una solución con la atención adecuada.

Los “vicios” son mentales señala un texto de psiquiatría, sin duda son diversas las adicciones y los conflictos emocionales que las desencadenan. la Organización Mundial de la Salud, reconoce que un alto porcentaje de las enfermedades padecidas por el ser humano son de tipo mental, en consecuencia define a una adicción como enfermedad física y emocional, como una dependencia o necesidad hacia una persona, sustancia, actividad o relación causada principalmente por la satisfacción que esta causa a quien la padece. Para la psicología, muchas de nuestras dependencias o adicciones tienen nombre como origen, mamá.  Nos hablan de un conflicto con el amor maternal (real o simbólico), madre sobreprotectora o ausente en la mayoría de los casos, no recibo todo el amor que quiero o de la manera que quiero de mi madre, en consecuencia asumo una actitud que me permita hacerme notar, ser tomado en cuenta.

Quiero ser reiterativo de que al referirme al tema de adicciones no hablo ya de vicios, y que esta visión siempre será subjetiva, una persona no tiene por qué dejar de fumar, si lo hace en coherencia y paz y no es un conflicto para ella, no tendrá esa necesidad, pero quizás le sirva de información benéfica saber el para qué, está fumando. El tabaco, las drogas o el alcohol, no son “malos”, ¡no vienen por la noche y te tiran de las orejas!, pero en ocasiones, el uso que hacemos de ellos, repercute de manera negativa en nuestra vida, el abuso, o la utilidad que le damos es lo que puede llevarnos a enfrentar un problema. Una adicción marca una falta de algo anclada en el inconsciente, que el organismo compensa reclamando ya sea persona, cosa, tabaco, alcohol o cualquier elemento adictivo, de forma que compense esa falta. Es adictivo porque cuando se termina, el organismo vuelve a tener la sensación de que le falta algo, y por lo tanto, vuelve a tener esa necesidad de volver a llenarse con un cigarrillo más, por citar un ejemplo común. (Primera de dos partes o tal vez tres)

ABUELITAS:

Considero necesaria e indispensable la participación de los padres de familia en el desarrollo educativo de sus hijos. Coincido plenamente con el Secretario de Educación Estatal en el sentido de que dicha participación sea “sin interferir en el trabajo docente”. La fortaleza de un plantel está en la triada que conforman autoridades, docentes y alumnos con sus padres de familia. La educación humanista involucra la participación de todos, requiere de una vinculación permanente entre la sociedad y sus educandos, sin duda la educación la impartimos todos. En Colima, se trabaja por la calidad educativa y los resultados están a la vista de todos. Es cuánto.