TONALTEPETL

0

Por: Gustavo López Solórzano

Dada la rapidez con la que estamos consumiendo las reservas mundiales de agua subterránea, necesitamos un esfuerzo global coordinado para determinar la cantidad que queda. Los científicos además advirtieron que la situación podría empeorar conforme el crecimiento de la población y el cambio climático. Jay Famiglietti investigador de la NASA y la Universidad de California.

Recorrer el camino de la estación del ferrocarril al centro de la ciudad, era una aventura por la gente que nos encontrábamos a nuestro paso. La Medellín era una de las calles más transitadas y sobre todo, llena de gente amiga, gente conocida que nos reconocía y nos saludaba con afecto por la amistad que les unía con nuestros padres. Como lo he señalado en otras colaboraciones, esa amistad les daba autoridad moral no solo para cuidarnos, sino también para llamarnos la atención si nuestra conducta lo requería. En ese recorrido uno de los regalos que recibíamos para apagar el calor y refrescarnos incluso mojándonos la cabeza, lo representaba una llave de agua afuera de la Secretaría de Agricultura Recursos Hidráulicos (SARH, que no SARCH, como erróneamente le llamaban algunos) dependencia federal que desapareció como tal en 1994.

Esa llave servía para que la gente de la Colonia Popular y quienes por ahí pasáramos, saciáramos nuestra sed o en el caso de los vecinos que señalo, llevaran Valdez de agua o incluso sus garrafones, puesto que era apta para consumo humano. Era la apoca en que en Colima podíamos rascar hasta una pared y de ahí manaba el agua (exagero). Las lluvias torrenciales de aquel entonces bastaban para cargar los mantos freáticos, los ríos y hasta recipientes caseros que la gente acostumbraba llenar para detalles menores. Si por alguna razón el agua escaseaba en algún sector de nuestra población, de un teléfono público de aquellos que usaban monedas de veinte centavos, se hacía una llamada y el Ayuntamiento mandaba una pipa para el barrio afectado y hasta sobraba para que nos dieran un buen baño.

Hoy hemos influido drásticamente para que la tierra y los elementos se manifiesten de una manera peligrosamente diferente. El calentamiento global es una triste realidad, la tierra está deforestada, los mares contaminados, los ríos secos o entubados, los arroyos han desaparecido y léame bien por favor “de las cerca de 37 bases de agua subterráneas que hay en el mundo, 21 han sufrido un alto déficit.” Los científicos aseguran, no es necesario ser muy estudiado para darnos cuenta, que esto va en aumento con el crecimiento poblacional y el cambio climático. Dicho de otra manera, el agua se termina y con ello la vida como la conocemos también. Estamos entrando en la sexta extinción masiva y parece que nadie nos queremos dar cuenta, en consecuencia seguimos malgastando los pocos recursos que nos quedan sin tomar en cuenta a las generaciones que vienen tras nuestro.

 

 

ABUELITAS:

No es gratuito que la lluvia esté ausente y que en su lugar se presenten las tormentas eléctricas que ni conocíamos en Colima. La Maestra en Ciencias Ambientales Antonia Ramona Martínez, sostiene que la deforestación es causa número uno de este tipo de fenómenos. En la pasada tormenta más de veinte arboles fueron derribados señala el Ayuntamiento de Colima, gracias al personal de Protección Civil y de la Dirección de Servicio Públicos, quienes participaron para dar solución pues también recogieron basura, escombro y tierra. Es cuánto.