TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”, Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, Príncipe de Bismarck y Duque de Lauenburg, estadista, burócrata, político y prosista alemán.

Al margen de sus desaciertos humanos, con más de 790 obras y 63 acciones de gobierno, Enrique Peña Nieto aseguró cumplir sus 608 compromisos de campaña, mismos que firmó ante un notario público en su momento. Lo anterior le permitió en gran medida, ganarse la confianza de la sociedad mexiquense por la innovación en su sistema de campaña que lo llevó con el voto de la gente al triunfo. Seis años más tarde, con su eslogan “Te lo firmo y te lo cumplo”, en alusión a lo que anteriormente le había favorecido la aceptación popular, Enrique Peña Nieto hacía campaña para llegar a la presidencia de la república, esta vez con 266 compromisos y con el resultado que conocemos concluyendo con la firma posterior del pacto por México.

En nuestro estado las campañas están en pleno y con ello la significativa participación de los candidatos (as) a los diferentes puestos de elección popular, algunos al más puro estilo de la cantante Daniela Romo, “prometen y prometen”. Dicho sea lo anterior con todo respeto, no sé hasta donde algunos de los candidatos hombres y mujeres que aspiran a ocupar un puesto de elección popular, estén conscientes de lo que mencionan en sus discursos. Podemos leer y escuchar desde el discurso improvisado, hasta mensajes bien elaborados, en donde las promesas de “si ganamos, después de resultar electos…, con tu voto,” etc. Son el común denominador; por otra parte, dentro de algunos mensajes se incluyen frases de descalificación en contra del gobierno en turno, sea del nivel que sea  o hacia los candidatos contrarios a quien lo pronuncia.

Indudablemente la sociedad colimense y la de cualquier parte de nuestro país o del mundo, quiere y espera propuestas que sean posibles de alcanzar y más allá de ello, que se cumplan. Quienes aspiran a un puesto de elección popular necesitan tener clara su visión de fomentar el respeto y la participación ciudadana responsable con el ejemplo. Lo he señalado anteriormente, al margen de cualquier filiación partidista, somos colimenses, ciudadanos mexicanos; no hay necesidad de curar heridas pasado el proceso electoral, lo mejor es evitarlas y para lograrlo todos somos corresponsables. Todos estamos moralmente obligados a velar por la paz en nuestro estado y por un proceso electoral transparente en donde la comunicación y el respeto a la individualidad sean la regla, en donde los candidatos (as) y quienes les rodean se conduzcan con sencillez y humildad; alejados de todo halo de perfeccionismo e impecabilidad, es necesario que se conduzcan como humanos y verdaderos servidores públicos.  Quien así lo haga, seguramente estará en camino hacia el éxito, naturalmente la sociedad  dirá la última palabra.

 

ABUELITAS:

Nacido en San Luis Potosí y con un impresionante historial al servicio de su iglesia, Marcelino Hernández Rodríguez, psicólogo y sacerdote, es el actual Obispo de la Diócesis de Colima. Llegó aquí en enero del año pasado y se ha ganado la simpatía de la gente que lo trata, es un hombre risueño, sencillo y ameno, que le pone sabor a sus intervenciones. Alejado del acartonamiento se muestra amable y motiva para escucharlo. “Oremos por los habitantes de Nepal que sufrieron el terremoto” ha pedido a sus feligreses en la homilía del domingo, así sea.  Desde estas líneas le mando un cordial saludo con mi admiración y respeto por su actitud congruente, gracias a él y al sacerdote Guillermo Contreras Castellanos por sus atenciones. Es cuánto.