Por: Gustavo López Solórzano
“Yo me considero anarquista porque creo que cada uno tiene el derecho de gobernarse a sí mismo” Tito, el niño lector (Bolivia)
Después de la feria viene el desfile del 20 de noviembre y luego la navidad y se acabó el año, sentenciaba mi madre cuando éramos niños. El clima cambia en las fechas señaladas y realmente el ambiente navideño empieza a respirarse. La pastorela que organizaba la señora Chacón y su esposo representaba una experiencia muy bonita en la que todos participábamos; la sana creencia de que los juguetes los traía el niño Dios, era la fuerza inspiradora que motivaba a todos los chiquillos del barrio para portarnos bien. En el templo de María Auxiliadora el sacerdote Leyva nos convocaba para vivir la fiesta decembrina y llenos de fervor acudíamos a la doctrina sabatina por las tardes y los domingos por la mañana a misa. Necesitábamos ganarnos el pase para la gran fiesta que él y las religiosas del Colegio Cuauhtémoc organizaban.
El astrónomo checo Luboš Kohoutek dio a conocer el 7 de marzo de 1973 su descubrimiento en el firmamento ruso, el cometa que fue bautizado con su apellido. La gente adulta de mi época infantil vaticinaba que vendrían calamidades y la noche en que estábamos celebrando la posada en el patio aledaño al templo, un niño señaló hacia el cielo y en menos de lo que canta un gallo tartamudo corrió el chisme, de tal modo que todos mirábamos en el cielo una luz titilante que se desplazaba con cierta velocidad… ¡el cometa! Gritamos al unísono y el pánico estuvo a punto de apoderarse de nosotros de no ser por el sacerdote y las monjas, que pudieron controlar a la turba de chiquillos asustados.
La navidad significaba un periodo de vacaciones con la familia, sin escuela ni tareas, ni jalones de los diablitos (patillas) o reglazos. Muchos años después supe que se llama receso laboral y pues las vacaciones son las de verano. Los equipos de comunicación de la época eran el servicio de correos y el de telégrafos de México por un lado, por el otro, la paquetería que ofrecían las diferentes líneas de autobuses en la antigua central camionera, lugar que hoy ocupa el auditorio Miguel de la Madrid. El teléfono era otra forma de comunicación pero reservado solo para personas más o menos pudientes, el Restaurant la Fuente de Don Alfredo Asaam Atala, ofrecía el servicio de conferencias telefónicas por un costo y estaban los teléfonos públicos de moneda que no eran muchos.
Celulares, computadoras, internet y todos los adelantos tecnológicos que hoy conocemos solo existían; con otros nombres, en las películas del Santo y los diferentes luchadores que participaban en las películas de antaño. La herramienta más sofisticada que los alumnos manejábamos en clase se llamaba ábaco y se complementaba con un juego de geometría, mismo que incluía trasportador, compás, escuadra y regla. En nuestro presente, este día se escribirá en la historia de nuestro estado pues el gobernador habrá de cerrar con broche de oro la puesta en marcha del Programa Colima On Line, sin duda alguna uno de los más importantes de su gobierno y con el cual el 82 % de la población colimense (319 espacio públicos) tendrá acceso gratuito al internet las 24 horas de cada día con una inversión de superior a los 50 millones de pesos.
ABUELITAS:
Felicidades al DIF municipal Colima que ya tiene un vehículo disponible para atender oportunamente las diferentes necesidades que ofrece a la población. Bien por el trabajo de más y mejores resultados que realiza el equipo que coordina la Porfa. Leticia Contreras de Rangel en beneficio de los colimenses. Es cuánto.