TAREA PÚBLICA

0

CARLOS DE LA MADRID, LA INTEGRIDAD

Por: Carlos Orozco Galeana

Tuve la grata experiencia, allá por I985, de conocer personalmente al licenciado Carlos de la Madrid Virgen, un profesional del derecho con fama bien ganada ya de ser un hombre íntegro antes de sus 40 años. Siendo notario público, se incorporó al gabinete de la maestra Griselda Álvarez Ponce de León como secretario general de gobierno, sitio del que  cobró impulso para ser luego gobernador de Colima. Ayer martes, merecidamente, se le rindió homenaje en palacio de gobierno y se le despidió con honores.

Como era de esperarse, a estos actos acudió la clase política con la que se relacionó y en la que logró conquistar, a base de su perfil recto, sencillo y laborioso, a muchos colimenses que lo extrañarán. Me hubiera gustado para él una despedida de pueblo porque en verdad se lo ganó ejerciendo sus notables atributos. De la Madrid, como diputado, alcalde y gobernador, se dedicó a servir a su comunidad. No se le subió el poder al que decía rehuir, pero que el destino le ponía y puso en la perspectiva de su vida.

Hizo una administración ordenada, eficaz, transparente y de cuidado de los dineros públicos. Evitó las fricciones con un trato conveniente con las distintas fuerzas políticas y solo por ahí tuvo un episodio mal llevado con la burocracia. Sin embargo, su perfil pacifista contribuyó a mantener la gobernabilidad en términos aceptables.

Poco después de cumplir dos años de mandato, enfermó de pronto y se separó brevemente del cargo para recuperarse de una enfermedad agresiva, pero volvió con nuevos bríos para cumplir con el mandato que le otorgaron los colimenses.

Dice la voz del pueblo: cásate y se conocerán tus defectos, fallece y se conocerán tus virtudes. En el caso del licenciado de la Madrid, digo que fue un hombre íntegro, entregado a su familia, austero, responsable, laborioso en exceso; a pesar de que cuando gobernador se le multiplicó el trabajo, no se rindió jamás y cumplió su cometido. Sábados e incluso domingos no eran días de descanso para él sino ocasión de revisar asuntos y más asuntos. Una vez, me comentó que el propio presidente de la república, Miguel de la Madrid, le recomendó descansar porque el trabajo “jamás se terminaba”.

Me consta, porque tuve la fortuna de ser su colaborador cercano nueve años en aspectos de comunicación, análisis y discurso político, que cuidó los recursos como si fueran propios eliminando gastos suntuosos, y que imprimió una política de austeridad pocas veces vista. Escuché varias veces expresiones suyas en ese sentido. Esta política cuidadosa fue valorada por los colimenses, ya que no hubo siquiera un rumor, al término de su encargo, de que el licenciado de la Madrid Virgen hubiese aprovechado su condición de gobernador para sacar provecho personal. Grandioso ejemplo éste.

Reitero: el licenciado Carlos de la Madrid será recordado como un hombre de bien, humano, sencillo y justo, de esos que convierten en religión ceñir sus actos al derecho. A este hombre no lo mareó el poder. La circunstancia de provenir de una notaría pública, además, le dio un plus como persona recta; quien acudía a su notaría, tenía garantizado de que los asuntos se resolverían correctamente. El licenciado De la Madrid era la confianza misma como fedatario.

Deja una huella imborrable en muchos amigos que convivimos con él, de colaboradores bajo cuya sombra se fincaron experiencias y trayectorias. Deja un hueco en su familia, a la que vio progresar y crecer en número. A todos sus miembros, esposa e hijos, les digo que el orgullo de llevar el apellido De la Madrid los honra porque Don Carlos fue un hombre que amó a Colima, que se entregó al servicio a los demás en cuerpo y alma desde varios cargos públicos, especialmente con el de gobernador, que exige entrega, carácter, firmeza, inteligencia, capacidades múltiples y muchos sacrificios.

A Doña Amelia Guedea, le ofrezco mi pésame sincero al que uno el de mi esposa Conchita. Le deseamos una resignación pronta y que Dios le otorgue la fortaleza requerida en estos momentos. Colima rinde ya un homenaje amplio, cariñoso a su esposo en el interior de cada corazón. Descanse en paz, licenciado Carlos de la Madrid Virgen. Usted cumplió su misión.