TAREA PÚBLICA

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RECUPERAR COLIMA

Por: Carlos Orozco Galeana

El Inegi comunicó a fines del mes pasado el  incremento del 12.4 por ciento en la tasa de víctimas de delitos en el año 2015, en comparación con el año previo, en el estado de Colima, de acuerdo con  resultados obtenidos a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública (Envipe) 2016.

Conforme a los datos de esa medición, en 2015 Colima registró una tasa de 24 por ciento  por cada 100 mil habitantes, en tanto que durante 2014 la cifra había sido de 21 mil 562. En lo que va del año, la cifra de sacrificados se elevó hasta   una tasa del 54 por ciento por cada cien mil habitantes. De récord.

Así mismo, el año pasado Colima se colocó en cuarto lugar nacional en el margen de crecimiento de victimización, sólo por debajo de Coahuila, que tuvo un crecimiento de 25.9 por ciento; Sonora, 22 por ciento; y Guerrero, 13.1 por ciento, expuso INEGI.

Pese al notorio incremento de la tasa de víctimas, la encuesta reveló que en el periodo de 2014 a 2015 disminuyó en Colima 11.4 por ciento la tasa de delitos por cada cien mil habitantes, al pasar de 30 mil 535 a 27 mil 045. Y en cuanto a los delitos más frecuentes por entidad federativa, en Colima encabezan la lista la extorsión, seguida por fraude y robo parcial de vehículo.

Datos duros del Sistema nacional  de seguridad pública, indican que la delincuencia está de fiesta continua aquí, pues  el robo de vehículos, casas habitación y negocios y asaltos ha registrado niveles máximos,  y aparte conservó la tasa más alta en homicidios dolosos con una tasa de 52.47 por cada 100 mil habitantes. Hasta agosto, pues, van 386 ejecutados.

Esta violencia irrefrenable, aparte de generar incertidumbre y miedo en sectores donde hay más violencia y muerte,   impide el crecimiento económico sostenido. Los inversionistas no arriesgan su capital en lugares donde no tendrán garantías. Ellos quieren ver sitios donde hay una sociedad incluyente, gente preparada y sana, sistema de derecho confiable y objetivo y gobiernos eficaces. Esto como mínimo. Esto lo sabe el gobernador Ignacio Peralta quien, como buen economista que es, tiene que apurar con políticas eficaces para generar condiciones propicias para el capital pues si no hay impulso al desarrollo económico, simplemente no hay trabajo bien remunerado para los egresados de los centros de estudio ni para quienes no lo sean.

Por otra parte, al analizar el comportamiento de la competitividad, observé que Aguascalientes y Querétaro son las entidades que más han crecido por encima del resto. No es arte de magia esto. Hay razones poderosas que podrían resumirse ahí en el valor confianza. Colima, en cambio,  ha sido sacudido por una ola de inseguridad creciente y por un espectáculo nada edificante de la clase política que participó el régimen pasado. Adicionalmente, las dos elecciones del año pasado causaron perjuicios no solo económicos sino de funcionamiento en el orden jurídico, como lo reconoció el gobernador.

Por ello, el Órgano de Fiscalización  del congreso local dio un paso  firme y  un adelanto de lo que podría ocurrir con políticos y funcionarios  que presuntamente – no han sido juzgados aun –   incurrieron en hechos conjeturalmente delictivos.

Si se aplica la ley, como todo mundo espera, habrá una mejoría en la percepción de buen gobierno. Hechos son amores y no buenas razones. Si hay desánimo social, es porque los ciudadanos no perciben aún  que se quiera estabilizar  el estado de derecho venido a menos por inseguridad, corrupción y otras lacras más que se padecen.

En Colima estamos en un hoyo profundo, hemos de cooperar  todos para salir de él. Vivimos tiempos inéditos, se fue el Colima tranquilo, esplendoroso, esperanzador. Se ve en chino el futuro.