TAREA POLÍTICA

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DOS SOPAS

Por: José Luís Santana Ochoa

Los funcionarios del Congreso del Estado que adquirieron la calidad de tales en la para ellos dorada época de la mayoría priista, se niegan a entender y aceptar que en cada relevo de legislatura lo primero que deben hacer es entregar sus renuncias a la nueva coordinación del órgano legislativo, máxime tratándose de una alternancia de partido como la que los electores colimenses decidieron el domingo 07/06/2015. Lo primero que cualquier empleado de confianza debe saber es que su relación laboral inicia y termina cuando el patrón unilateralmente lo decide, ni antes ni después, sin que para que la rescisión se necesiten las  causales que aplican tratándose de trabajadores de base, basta con que le digan ‘hasta aquí llegaste’, y a otra cosa mariposa. Si le aceptan la renuncia o no,  ya es harina de otro costal, pero lo que no cabe es hacer berrinches ni escándalos mediáticos para seguir pegado a la ubre presupuestal a toda costa, tampoco alegar antigüedades que en la mayoría de las veces equivalen a años de ser-vicio, no de servicios.

Peor aún resulta el irresponsable y protagónico actuar de algunos diputados de oposición como el bribón de siete sueles que es Nabor Ochoa López, personaje de la picaresca política local que en la legislatura 2000-2003 nada dijo cuando fueron cesados por orden del entonces gobernador del estado, Fernando Moreno Peña, la mayoría de funcionarios y empleados de confianza al servicio del Congreso del Estado. Tampoco alzó la voz para recriminarle a su hermano Mario Anguiano Moreno el que durante toda su destroza administración haya corrido a cientos y cientos de sus empleados de confianza, de estructura y por contrato. Para el hijo de Doña Nico no hubo fijón porque todo ello lo hicieron sus aliados priistas, pero ahora que la mayoría panista de la LVIII Legislatura ejerce su derecho a renovar las estructuras administrativas del Congreso del Estado pone el grito en el cielo, se desgarra sus multicolores vestiduras en defensa de lo indefendible.

Los ahora diputados de oposición se asustan y se espantan porque la mayoría panista está asumiendo en control del espacio físico de la sede del Congreso del Estado que incluye el aseguramiento de oficinas, documentación y equipo, con nuevas chapas y cerraduras, proceder a todas luces normal y rutinario aun tratándose de cambios de personal en oficinas privadas, no se diga en la administración pública donde se manejan intereses y recursos propiedad de todos los ciudadanos. Ante los chillidos de cochino que emiten Nabor Ochoa López y su pandilla, los diputados panistas y la diputada de Movimiento Ciudadano deben prestar oídos de carnicero para que no los distraigan de su quehacer legislativo que ha iniciado bien como lo evidencia la reacción de la jauría que no se resigna a que ya no es lo que antes fue, a aceptar la nueva situación en la que o se aclimatan o se aclichingan. ¡Así de fácil!

A partir del 1 de octubre de 2015, en el Congreso del Estado hay sólo dos dopas: La de fideos y la de jodeos. Y la primera ya se acabó. Una vez ejercido el derecho al pataleo, al berrinche, tiempo es ya de que todos los integrantes de la LVIII Legislatura Estatal se pongan serios y se apliquen a cumplirle a la gente que ahí los tiene para que velen por sus derechos e intereses, no por los suyos ni los de los de sus partidos políticos. Colima, el horno, no está para bollos. Luego que no se asusten de los flamazos que están provocando por atizarle tan temerariamente al fuego.

EL ACABO

  • Para el diputado panista Nicolás Contreras Cortés, los cambios en las direcciones del Congreso del Estado son normales y están dentro de la legalidad. “Nosotros no venimos con la espada desenvainada para violar ningún derecho de los trabajadores, en el caso de los de confianza se habrá un proceso de revisión, y ver si son necesarios y si se pueden quedar. Lo que estamos haciendo es ir con los directores a pedirles que entreguen la dependencia y son puestos que son de tres años. Entiendo de que son 5 direcciones, son todas las direcciones”.
  • Para Contreras Cortes, “La transición no ha sido tersa, hay roces, actitudes infantiles del PRI, el hecho de subir a agandallar las oficinas sin llegar a un acuerdo, no entienden que no son mayoría. Debemos sentarnos a negociar, pero tomando en cuenta las mayorías y en virtud de eso la toma de decisiones. Hay traumas de quien no quiere aceptar de quien perdió la mayoría, se perdió lo que siempre ha sido de un color, si son traumas son de quienes no aceptan la realidad. La mayoría no nos dio la atribución para atropellar la minoría, no por concesión sino por ley, simplemente y sencillamente deben asumir la realidad”.