TAREA POLÍTICA

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CIENTO OCHENTA GRADOS

Por: José Luís Santana Ochoa

La unanimidad en los votos de los 25 diputados que conforman la LVII Legislatura del Congreso del Estado con que fue elegido,  y el beneplácito del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Colima, Guillermo Brun Solórzano, no les garantizan a los colimenses que el nuevo  Auditor Superior del Estado, Carlos Armando Zamora González, “persona capaz, apartidista, que no tiene compromisos con nadie”, le dé un giro de 180 grados al Órgano  Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental del Estado de Colima (Osafig) que ha sido instrumento de los gobiernos priistas para perseguir  a discreción a los funcionarios opositores que caen  en la mira  del ejecutivo estatal en turno y proteger a los que le son sumisos e incondicionales,  convirtiéndolo en otro muy diferente que los mantenga a raya al margen de consideraciones político partidistas.

Se vale soñar en que Zamora González  “mejorará mucho el trabajo que está haciendo el organismo y se conducirá con profesionalismo, honorabilidad,  autonomía, independencia y apegado a legalidad”, pero hay que esperar para ver si tiene la decisión y el temple necesarios para entrarle de lleno y a fondo a esclarecer el tráfico de influencia y  el aprovechamiento de información privilegiada que para hacer grandes negocios utilizaron varios “colaboradores” de primer nivel de MAM,  y la desviación directa de recursos presupuestales  cuyos montos coinciden con los incrementos registrados en el mismo periodo por los principales funcionarios   del gobierno anguianista bajo fundada sospecha de incompetencia, corrupción e impunidad.

El tema no es la preparación académica ni la experiencia en el manejo de finanzas públicas del nuevo titular del OSAFIG, ni el de la frialdad y sensatez con que debe analizar la quebrada situación financiera de la administración estatal que ha incidido negativamente en la economía, la seguridad y la salud de los colimenses, sino el de si garantiza o no que encausará ante la justicia a los malandrines funcionarios cómplices de MAM que tienen al estado peor que si hubiera sido arrasado por tres ciclones Jova. Bien pudiera empezar su gestión siete añera aventándose  un buen clavado al SEFIDEC para que conozca de primera mano el manejo discrecional que desde las postrimerías del gobierno anterior los secretarios de Fomento Económico del Gobierno del Estado  han hecho de los millonarios recursos provenientes de la captación del impuesto del 2% a la nómina del sector privado de la economía estatal. Ya encarrilado, podría repetir el ejercicio con el impuesto al hospedaje, por ejemplo. Lo anterior sin mencionar la cueva  de Alí Babá que han sido las secretarias de Administración y Finanzas y de Desarrollo Urbano.

Qué bueno que los mismos diputados que han sido solapadores de las trapacerías cometidas por MAM y su gavilla le hayan pedido al nuevo Auditor Superior del Estado  “transitar sobre la ruta de la reconstrucción financiera, buscando resarcir errores cometidos y equilibrar las finanzas del Gobierno del Estado, los Ayuntamientos y los organismos operadores del agua potable”, y que sepan que “velará para que todo el proceso de revisión de cuentas públicas se hará bajo los principios de imparcialidad, certeza, legalidad e independencia”, pero de sus aparentemente buenos deseos a las acciones punitivas y de resarcimiento del enrome daño causado a la agraviada ciudadanía colimense, hay mucho trecho.

Calificar el proceso de designación del Auditor Superior de Estado  como “un hecho histórico que marca un antes y un después, debido a lo inédito del proceso, que empoderó a los ciudadanos”,  es una exageración, más bien se trató de una concertación política con cierto sector del empresariado colimense que a últimas fechas se le había venido alebrestando al gobierno anguianista, para concretar la cual todos los diputados locales cooperaron sin hacer gestos, incluido Francisco Rodríguez García que precisó que en la nueva etapa del Osafig, su grupo parlamentario “no pide gracia ni cacería de brujas, sólo la aplicación de la justicia”, a secas habría que agregar.

EL ACABO

  • “Estoy como todos los colimenses, sorprendido, impresionado, por la situación en la que se encuentra el estado”, señaló el nuevo Auditor Superior del Estado, Armando Zamora González, Auditor Superior del Estado. Sin comentarios.
  • A propósito de enchiladas, Zamora González no necesita quebrarse mucho la cabeza para “buscar la repuesta o la razón por las que sucedió el déficit financiero en la entidad, que obligó al gobernador Mario Anguiano Moreno a despedir a mil 50 trabajadores”. Basta con que verifique el incremento exponencial que registraron en el sexenio los patrimonios de la gavilla marista.