TAREA POLÍTICA

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CONFUSIÓN Y DESCONFIANZA

Por: José Luís Santana Ochoa

Los candidatos del PRI a presidentes municipales de Armería, Colima, Ixthalucán y Minatitlán, identificados con el todavía gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno, no fueron del agrado del Otro PRI vencedor en la concurso tricolor “Bailando por un sueño” que se lazó cual gato al bofe en pos de todas las posiciones de elección popular a disputarse el domingo 7 de junio de 2015, y donde topó con pared metió a la danza vestidos de verde con el tucán estampado en el pecho, a sus propios candidatos a alcaldes y diputados locales, para hacerles desleal competencia a los priistas-maristas.

En Armería invistieron de verde ecologista al dos veces ex alcalde Ernesto Márquez Guerrero, para descarrilar a Esperanza Alcaraz Alcaraz; en Colima le jugarán contras a Óscar Valdovinos Anguiano con Esmeralda Cárdenas Sánchez; en Ixtlahuacán contrataron a Jorge Audel Mendoza Virgen para impedir que el obscuro caciquillo Crispín Gutiérrez Moreno regrese al cargo que cree de su propiedad; y, finalmente, en Minatitlán le cerrarán el paso a Manuel Palacios Rodríguez con el ex alcalde Horacio Mancilla González.  Salvo Colima donde el diputado local y ex Tesorero Municipal, Óscar Valdovinos Anguiano, es lo suficientemente competitivo como para librar con éxito la trampa que le ha tendido el dueño de la franquicia del PVEM en el estado, Nabor Ochoa López, en los restantes tres municipios saldrán derrotados los priistas. Al tiempo. Los correspondientes cuatro candidatos a diputados locales de mayoría relativa sólo servirán para echarle votos a la talega verde que buenos serán para darle al hijo de Doña Nico un par de diputaciones locales plurinominales.

Para no pelear con la CNC y por las afinidades con el Otro PRI de la senadora Mely Romero Célis, Enrique Rojas Orozco y Francisco Zepeda González, PRI Y PAVEM van ayuntados en la disputa con el PAN de las presidencias municipales de Comala, Cuauhtémoc, Villa de Álvarez y Manzanillo, igual que en Tecomán donde nada tienen que perder,  y en Coquimatlán que perdido está.

Por supuesto que el jueguito orquestado entre quien se asume como jefe de la plaza política porteña a pesar de que la perdió por carro casi completo en las elecciones de 2012, medicina que le repetirán los panistas el domingo 7 de junio de 2015, Nabor Ochoa López, y los líderes del Otro PRI que lo están utilizando para asegurar la restauración del fernandato en la gubernatura del estado, puede tener efectos para ellos contraproducentes por la confusión a que puede conducir al electorado que desconfía ya de tanto circo, maroma y teatro. En una de esas por darle al violín le pegarán al violón. También sacará de onda a los compañeros de fórmula del candidato de los Peña, Nieto y Moreno, a la gubernatura del estado, José Ignacio Peralta Sánchez, que ninguna seguridad tendrán del apoyo de éste quizá más comprometido con sacar avante a los candidatos de Nabor postulados en solitario por el PVEM. El malabarismo naborista-otro priista no le abona ni a la certeza ni a la transparencia de la contienda electoral  2015, sino todo lo contrario.