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LA HORA DE MINATITLÁN

Por: José Luís Santana Ochoa

Los electores minatlitenses que en su mayoría  siempre han votado a favor del Partido Revolucionario Institucional, el próximo domingo 7 de junio de 2015 podrían darle la vuelta a la página tricolor para inaugurar la alternancia en la alcaldía y en la diputación local, aportando de paso sus votos a  los candidatos a diputado por el Segundo Distrito Electoral Federal y a la gubernatura del estado, abanderados todos por el Partido Acción Nacional. Encabezan la insurrección ciudadana provocada por los malos modos y peores tratos que acusan haber recibido de la dirigencia estatal del  PRI, el alcalde del municipio serrano Cicerón Alejandro Mancilla González y su hermano Horacio de los mismos apellidos.

Cicerón Alejandro, quien en opinión de su paisano el diputado local  Manuel Palacios Rodríguez “es un alcalde con vocación de servicio, que ha basado su gobierno municipal en ejes fundamentales como la innovación, la optimización del gasto público y redoblar esfuerzos para dar soluciones inmediatas las demandas expuestas por la población, velando siempre por otorgar las condiciones idóneas a cada uno de los sectores”,

contendería por la diputación del Segundo Distrito Electoral Federal, donde lleva ya dos años promoviendo su proyecto político, como compañero de fórmula  del virtual candidato del PAN a la gubernatura del estado, Virgilio Mendosa Amezcua,  con quien compartirá el 50% del tiempo y las actividades de campaña, en equipo ambos con la electoralmente muy competitiva casi candidata del mismo partido a la alcaldía porteña, Gabriela Benavides Cobos.

En el municipio porteño el ex diputado local Cicerón Alejandro Mancilla González se jugará la mitad de su candidatura. El otro 50% del electorado del Distrito Electoral Federal Dos lo conforman Armería, donde mucho le podría ayudar quien pretende establecer marca de tres periodos trianuales como alcalde, Ernesto Márquez Guerrero; Minatitlán, cuya presidencia municipal tiene en la mira su hermano Horacio, esta vez abanderado por el PAN; y Tecomán, en espera todavía del valiente blanquiazul que buscará el cargo que ya ocuparon con el mismo color partidista Elías Martínez  Delgadillo y Saúl Magaña Madrigal.

La incorporación de los hermanos Mancilla González al proyecto alternativo virgilista pude ser  la primera de otras probables  igualmente relevantes de priistas inconformes con el reparto agrario de candidaturas como las plurinominales a diputados federales que aseguran ya traen en su bolsa don  Martín Flores Castañeda y su mozo de estribos Francisco Ánzar Martínez, par de aretes que se ven ya apoltronados en sendas curules en  la próxima legislatura de la Cámara de Diputados, a la que se proponen llegar por la cómoda y privilegiada vía plurinominal. La desbandada tricolor y ciudadana hacia la candidatura de Virgilio Mendosa Amezcua será mayor si el Otro PRI logra imponer a lo mismo al “candidato de la clase ilustrada de Colima” José Ignacio Peralta Sánchez, impulsado a rabiar por el delegado del CEN del PRI en territorio templario, Fernando Moreno Peña.

En espera de que el PRI le nombre a su competidor que puede ser el vetusto recio líder estibador política y electoralmente muy disminuido, Cecilio Lepe Bautista;  o la viuda de Gustavo Alberto Vázquez Montes que cada tres años quiere, Norma Galindo Matías, Cicerón Alejandro Mancilla González continúa hilando fino para ganarse el respaldo de los liderazgos y de la gente que le da vida y movimiento a las colonias, barrios y comunidades del Segundo Distrito Electoral Federal, territorio y habitantes que bien conoce. Por su dinamismo, capacidad y determinación, el joven minatlitense tiene todo para ganarle la partida al más pintado priista que el pongan enfrente. Al tiempo.

 

EL ACABO

La precandidatura de María Elena Abaroa López a la presidencia municipal de Colima por el partido político que se avergüenza de serlo, Movimiento Ciudadano, tiene el propósito de acalambrar a la indecisa y veleidosa Esmeralda Cárdenas Sánchez para de una buena vez desengañe al “ciudadano”  Leoncio Morán Sánchez y a sus ventrículos.