SOCIOPATIAS

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HOMICIDIOS – FEMINICIDIOS

Por: J. Daniel Miranda Medrano

El caso de la jovencita oriunda de Quesería que fue asesinada pone el tema de los homicidios (obviamente de los feminicidios) en el punto más alto de la alarma social. El caso es uno más que se agrega a los ya lamentables homicidios conocidos por la mayoría de la ciudadanía y que han repercutido en los medios de comunicación nacionales. Por las características propias de los hechos y que se han dado a conocer periodísticamente, podemos vaticinar que seguramente encontraran a él o los responsables muy pronto; lo que también hace suponer que ella conocía al o los responsables.

El caso me recuerda otro no muy lejano donde una buena estudiante de bachillerato de la Universidad de Colima fue encontrada muerta en un canal. Estos casos se agregan a a los dos últimos donde fueron ultimadas familiares de la familia Vázquez Montes, en hechos que ocurrieron en Villa de Álvarez.

En el caso de Alitzel Aguilar, es casi un hecho que como en los casos anteriores estén inmiscuidos jóvenes sin futuro o que no encuentran un espacio aceptable en la sociedad. La criminalidad y la delincuencia juvenil no son novedad, pero continúan incrementándose como focos de alerta que muestran día con día el grado de descomposición social en que se ha convertido México, y de la que Colima no escapa ya.

Todo ello se da en un contexto social deplorable del que destacan la pérdida de valores, aumento de la desigualdad económica, de los niveles de miseria, de proliferación de drogas, de desintegración y conflictos familiares, desempleo, narcotráfico, analfabetismo y baja escolaridad.

Los lamentables hechos de Quesería son un nuevo fracaso del Estado en su conjunto con todas sus instituciones, y del modelo económico implantado desde hace varios lustros en nuestro país. Pero como parte del mismo ente, muestran que las políticas públicas encaminadas a la prevención de la delincuencia y la violencia no están funcionando.

De otro lado, están las exigencias de algunos sectores que urgen a que se declare la alerta de género, pero para llegar a esta situación se necesitan cubrir ciertas formalidades burocráticas y después veremos si en realidad sirve de algo. De acuerdo a información del Centro de Apoyo a la Mujer Griselda Álvarez, son once los feminicidios ocurridos este año en Colima.

El tejido social se desintegra; la sociedad se descompone a pasos agigantados y la gente debe de convertirse en autodefensas de su propia integridad así como la de su familia. Y aquí vale la pena concluir con las siguientes interrogantes: ¿Cuál es el homicidio o feminicidio siguiente? ¿Sabemos realmente con quién están nuestros(as) hijos(as)?

Twitter: @jdanie17