MITOS Y MITOTES

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POLÍTICA Y CRIMEN ORGANIZADO

Por: Florencio Llamas Acosta

“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, así dice un refrán popular, frase que nos alerta que lo sucedido a los 43 normalistas de Ayotzinapa en el municipio de Iguala Guerrero puede reproducirse en nuestra entidad si como ciudadanos no somos consientes de este hecho y permitimos que en las elecciones que se avecinan los partidos políticos postulan candidatos de dudosa reputación o peor aun si les otorgamos el voto para que lleguen a ser autoridad a candidatos financiados y apoyados desde el crimen organizado.

Nuestro sistema político, tiene en este aspecto un problema de carácter estructural, pues legalmente no se ha podido blindar la infiltración del crimen organizado en las estructuras de poder, principalmente en los ámbitos más vulnerables como lo es el ámbito municipal y estatal, pues de acuerdo con la cultura y prácticas políticas en afán de ganar el poder, partidos y actores políticos se deja seducir por quien ofrece financiar sus actividades proselitistas sin importar su procedencia, y así mediante el apoyo financiero a candidatos y campañas los criminales llegan a los gobiernos desde donde protegen sus operaciones criminales y controlar la vida de toda la sociedad, un vivo ejemplo es el caso del alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca, señalado como operador de Guerreros Unidos y quien dio la orden a sus cuerpos de seguridad de la detención de normalistas para evitar presuntamente que los jóvenes protestaran en un evento de su esposa, María de los Ángeles Pineda y desde el poder municipal se levantaron y desaparecieron a los 43 jóvenes es al estilo violento de los carteles criminales.

El financiamiento de políticos por la delincuencia me recuerda al sociólogo alemán Max Weber en su famoso libro del político y el científico donde aborda el que existen dos tipos de políticos los que viven de la política y de los que viven para la política, los primeros se convierten en políticos profesionales y dependen de los ingresos de sus puestos o cargos para subsistir, los segundos tienen otro tipos de actividades económicas que les permiten vivir pero les gusta la política. Pero sobre todo me recuerda la definición de la figura del BOSS, ese personaje que financia las costosas campañas de actores políticos, de aquellos que hacen de la actividad política su forma de vida. Para Weber, “El boss, que se caracteriza por su máxima discreción en lo relativo al dinero, es por antonomasia el hombre que se mueve en los círculos capitalistas que financian las elecciones. El típico boss no es sino un sujeto totalmente gris, al que no le interesa el prestigio social; por el contrario, en la alta sociedad resulta despreciable este profesional. Su objetivo es sólo el poder mediante el cual obtener el dinero, aunque también por el poder mismo.”

Ahora que están próximas las campañas en nuestro estado, puede haber “boss” que busquen financiar candidatos, así que debemos evitar que personajes como José Luis Abarca lleguen a dirigir los destinos de un municipio o del estado, los ciudadanos debemos estar atentos a la trayectoria de los candidatos, al origen y destino de sus recurso, así como las relaciones amistosas de los candidatos, de esta forma ejerciendo un voto razonado y responsable evitaremos que en nuestro estado se pueda reproducir otro Ayotzinapa con nuestros jóvenes, nuestro voto puede ser el mejor blindaje para la infiltración del crimen organizado en la política, ¿O usted cómo lo piensa?

 

 
*Maestro en Ciencia Política y Administración Pública. Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.
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