MITOS Y MITOTES

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MENOS DÍAS, SEGUNDO AÑO DE TRABAJO MUNICIPAL

Por: Florencio Llamas Acosta

Hace dos años, el 15 de octubre del 2012 se efectuó el relevo en las autoridades locales del los diez municipios del estado, en esa fecha producto del voto ciudadano 7 de los 10 municipios experimentaron la alternancia, quedando la geografía político-administrativa con seis gobiernos priístas: Colima, Villa de Álvarez, Tecomán, Armería, Ixtlahuacán y Minatitlán;  tres  panistas: Manzanillo, Comala y Coquimatlán; y uno perredista: Cuauhtémoc.

Al iniciar su gestión los municipios tuvieron que enfrentar  la ya acostumbrada crisis financiera de la hacienda municipal y la respectiva incapacidad para cubrir los pagos a los proveedores, y atender los compromisos de  sueldos y prestaciones de planta laboral,  además de la creciente demanda de obras y servicios municipales por parte de la población.

En este sentido, las administraciones municipales en su primer año de gestión  enfocaron sus esfuerzos en organizarse y alcanzar los  equilibrios internos, notándose escaza obra pública y un  alejamiento con los ciudadanos. Ya en este segundo año, se han percibido más activo, con una administración  armonizada y pasando la curva de aprendizaje los gobiernos municipales se muestran más productivos en la realización de obra pública y  más en contacto con los ciudadanos, como siempre ocupando los 4 municipios  grandes el interés de los medios y la opinión pública.

Al iniciar el tercer tercio, la lucha por el poder en el ámbito estatal y municipal atrapa la dinámica de los ayuntamientos, las aspiraciones de los presidentes y munícipes se hacen evidentes y sus actividades tienen tintes políticos, como se observa en Manzanillo con Virgilio, Colima con Federico, Kike Rojas en la Villa e Indira Vizcaíno en Cuauhtémoc. La redistritación afecto las aspiraciones de los alcaldes de Ixtlahuacán, Armería   y Comala quienes difícilmente por el tamaño electoral  de su municipio pueden alcanzar la candidatura a la diputación local.

Lo que sí es cierto es que las administraciones sienten que su fin ya está próximo al grado que el saludo de “buenos días”, se cambia por el de “menos días”, pues efectivamente el último año, el antiguamente llamado “el año de hidalgo” se va de prisa, ya que es eclipsado por el proceso interno de los partidos para seleccionar candidatos locales, que inician en febrero y concluyen en marzo, por  las campañas políticas de abril y mayo, la jornada electoral del 7 de junio y los preparativos para el relevo de autoridad y en un abrir y cerrar de ojo se fueron los tres años, quedando solo el sentir de los ciudadanos de haber tenido buenos o malos gobiernos.

En este sentido vale la pena valorar que a partir del 2018 con la reforma política, cambiará el sistema político nacional, estatal y local, pues al permitir la reelección de senadores, diputados federales, diputados locales y ayuntamientos la dinámica del ejercicio del poder público y la lucha por el poder político también se modificará, pues las aspiraciones de los actores políticos puede ser no brincar de un puesto a otro sino afianzarse en el cargo siendo eficientes y responsables con sus encomiendas para bien de los ciudadanos y no distrayéndose en otras aspiraciones. ¿O usted cómo lo piensa?

 

 

*Maestro en Ciencia Política y Administración Pública. Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.

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