MITOS Y MITOTES

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GUERRA DE IMÁGENES

Por: Florencio Llamas Acosta

En el campo de la política, a diferencia de otros campos de la vida social, la esfera privada se reduce a un ámbito muy pequeño mientras que el espacio de la vida pública se agranda, existiendo entre lo privado y lo publico una línea muy delgada, de tal forma que los políticos adquieren una dimensión de figura pública, de tal suerte que muchas de sus acciones privadas se hacen públicas impactando en su imagen y trascendiendo en la carrera política de ellos.

El caso más reciente a nivel nacional es la destitución por parte del Presidente del Comité Nacional del PAN Gustavo Madero, de la coordinación y vicecoordinación de los diputados panistas en San Lázaro de Luis Alberto Villarreal y Jorge Villalobos, respectivamente, luego de que se difundiera un video en el que se observa a estos dos y otros legisladores albiazules en una fiesta privada acompañados por bailarinas de clubes nocturnos con el argumento que este comportamiento afectaba la imagen del partido y su militancia.

Por ello, construir y cuidar la imagen, es una tarea delicada, riesgosa y costosa para los actores políticos, pues el prestigio que da una buena imagen y que permite desarrollar una trayectoria política ascendente, esta puede derrumbarse ante el riesgo latente del desprestigio e impedir el alcance de logros de aspiraciones políticas.

Joan Costa define la imagen como “la representación mental, en la memoria colectiva, de un estereotipo o conjunto significativo de atributos, capaces de influir en los comportamiento y modificarlos”. Enrico Cheli sostiene que la imagen es “aquella representación mental, cognitiva, afectiva y valorativa, que los individuos se forman del ente en sí mismo.”

Lo cierto es que todos tenemos una imagen, nadie puede escapar de ser percibido por los demás de tal y cual forma, pues finalmente al pensar en alguien nos orientamos a sus características y atributos que le dan identidad, generando cada uno representación mental de cada persona de la colectividad y en la que participa el conocimiento que tengamos de ella, el trato de la persona, la simpatía y el aprecio, o los juicios a favor o en contra sobre su forma de ser y desempeño.

Sin embargo en el ámbito colimense muchos actores políticos no están consientes de ir construyendo su imagen de forma solida y adecuada, pues la mayoría se orientan exclusivamente y desesperadamente en obtener visibilidad publica, ser vistos, salir en la foto, si cuidar como son vistos o percibidos por los demás.

En este sentido, la construcción de la imagen en la memoria colectiva requiere una presencia constante en la población con un impacto suficiente que logre atraer la atención del público, sin embargo algunos recurren al escándalo como estrategia con buenos resultados, como el caso de Nicolás Contreras que siendo diputado local logró tener una fuerte presencia en los medios, sin embargo su imagen de rebelde no le alcanzo para ganar la alcaldía de Colima.

La imagen debe tener además de ser adecuada requiere persistencia y nitidez, consciente de que nunca es fija ni estable con el riesgo constante del desprestigio, como le sucedió al actual alcalde de Manzanillo y aspirante a la gubernatura cuando en el 2009 se difundió una grabación telefónica donde cuestiona la democracia de los panistas y se burla del gobierno de Felipe Calderón, hecho que le costó el triunfo electoral por la diputación federal por el segundo distrito.

Por eso, la imagen ficticia y maquillada tiene riesgos de desmoronarse y entre más autentica y solida más confiable, por tanto no es suficiente ser visto para ser adorado. ¿O usted cómo lo piensa?

 

 

*Maestro en Ciencia Política y Administración Pública. Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.

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