RENTABILIDAD POLÍTICA Y ELECTORAL
Por: Florencio Llamas Acosta
En la lucha por el poder político, tanto para mantenerlo o para alcanzarlo, sin lugar a duda el desempeño de los gobiernos en turno y la manera en que manejan su gasto social contribuyen junto con el perfil de los candidatos y las campañas al logro o fracaso del triunfo electoral. En este sentido la satisfacción de la ciudadanía es un factor fundamental en los resultados electorales, ya que la ganancia al trabajo e inversión realizada por el gobierno es la legitimación y el respaldo popular hacia las administraciones.
Cuando un gobernante en el poder pierde las elecciones, se puede inferir que no hizo un buen ejercicio del poder ni utilizo con inteligencia su gasto social, pues no lograron que sus obras, programas y acciones se tradujeran en votos para los candidatos afines a su partido.
Es en este sentido que se usa el termino de rentabilidad política cuando desde el ejercicio del gobierno se destinan los recursos públicos para atender las demandas de la población de forma estratégica en la que el costo-beneficio se traduzca en aceptación al desempeño del gobierno.
Se entiende por rentabilidad electoral cuando el gasto social, el perfil de los candidatos, las estrategias y compromisos de campaña se convierten en votos para el partido o candidato.
Cuando es mucha la inversión y pocos los votos que se obtienen en una determinada zona o región electoral se dice que tuvo poca rentabilidad electoral, si la inversión en las obras y programas son escasos y la votación es cuantiosa entonces se habla de una alta rentabilidad electoral.
Por ejemplo, en las elecciones pasadas del 2012, el descontento de los mexicanos en las estrategias y políticas del gobierno federal orillaron al PAN con Felipe Calderón a entregar la titularidad del poder ejecutivo federal a Enrique Peña Nieto del PRI, permitiendo nuevamente su llegada al poder. En el territorio colimense, de los 10 municipios en 7 de ellos hubo alternancia, por lo que se traduce que el desempeño del gobierno en turno no logro convencer a los electores a ratificar su voto y darle continuidad en el gobierno a estos partidos.
Dentro de 10 meses aproximadamente los ciudadanos tendrán no sólo la oportunidad de votar nuevamente sino además de evaluar con su voto el desempeño de los gobiernos, el perfil de los candidatos y las estrategias de campaña. En este sentido se percibe que en la competencia electoral por la gubernatura el desempeño del gobierno de Mario Anguiano es bien evaluado por los colimenses de tal forma que si el PRI logra mantener la unidad de sus aspirantes y postula al mejor posicionado, no hay duda que el PRI seguirá siendo gobierno.
En el ámbito municipal hay descontento por el desempeño de sus gobiernos en Armería, Tecomán, Coquimatlán, Comala y Cuauhtémoc, municipios donde existe mucha posibilidad de tener alternancia si los candidatos no logran convencer y revertir este sentimiento de descontento. ¿O usted cómo lo piensa?
*Maestro en Ciencia Política y Administración Pública. Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.
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