Por: Gerardo Velázquez de León
No es nada más ratificar por ratificar a Miguel Herrera como entrenador nacional. Es un estupendo momento para encerrarse en las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol y tener una amplia autocrítica, hacer un balance real y contundente de lo que se ha fallado en los pasados veinte años en Copa del Mundo.
No hay duda que la continuidad de Miguel está basada en hechos y la esperanza de iniciar un periodo mundialista está justificado y no parece existir una corriente en contra de él, al contrario, se ha convertido en el bien querido de México, pero eso no implica que se mejore en temas que están en el aire y que deben ser resueltos de inmediato.
La Selección Mexicana de futbol debe ser más amplia en su cuerpo técnico. Se deben tirar a la basura las envidias baratas, los celos injustificados y sumar a personajes que tengan razones futbolísticas para poder cuestionar al entrenador. Porque no tener a ex futbolistas que vivieron esos partidos de Octavos de Final donde han sido eliminados y confiar en ellos, en sus experiencias y visión para no volver a cometer errores, porque desde 1994 ya sea por equis o zeta, la Selección siempre tiene un pretexto por el que fue eliminado, nunca es culpa del entrenador, nunca. De que sirve tener en el banquillo a asistentes con la cultura del “sí señor”, del que pregunta el entrenador que hora es y contestan “la que usted quiera que sea señor” o que sirvan solamente para chismear lo que se dice del técnico en las redes sociales o medios de comunicación. Eso se debe tirar a la basura ya, de inmediato y de tajo. Selecciones triunfadoras en el mundo tienen a ex futbolistas exitosos en el banquillo apoyando al entrenador, Alemania no nada más confío en Joachim Löw, también en Oliver Bierhoff y Andreas Kopke. En Holanda siempre vimos a Van Gaal apoyándose en Patrick Kluivert y Danny Blind o en Costa Rica cuando el colombiano Jorge Luis Pinto se asesoraba de verdad en Paulo Wanchope y Luis Gabelo Conejo.
Hace falta más metodología y menos soberbia, para triunfar en el futbol es necesario equipos multidisciplinarios, no tener al ‘todo poderoso’ en el banquillo y esperar que las cosas mejoren de la noche a la mañana, como tampoco el nombrar al personaje de moda necesariamente les hará brillar. Siempre existe la duda que si América no gana la Final a Cruz Azul en penaltis, tal vez el entrenador nacional sea en este momento Guillermo Vázquez, o bien, ¿cuantos han pensando en Gustavo Matosas como el próximo en el banquillo nacional? No, no debe ser un puesto para quien esté de moda ni para que se callen la boca como fue con Hugo Sánchez hace algunos años.
Grupo de trabajo que incluya un Director Deportivo con personalidad y la fuerza suficiente para cuestionar, médicos del deporte, nutriólogos, psicólogos, etc, pero sobre todo sin envidias, que estén trabajando para un fin común sin sentirse ‘dioses’ y ‘sabios’ sin serlo.
Herrera tendrá un camino distinto al vivido hasta ahora a partir del 2015 y eso debe ser claro para los dueños de lo equipos. Copa Oro que por esencia deben ganar y una Copa América de la cual ya el entrenador nacional en ese exceso protagónico lanzó el primer gran reto, el ganarla, sin darse cuenta tal vez que son dos torneos que se empalman y que es imposible llevar a los mismos seleccionados incluso por reglamento de FIFA.
Empieza la verdadera etapa de Miguel Herrera en la Selección Nacional, lo vivido en los pasados seis meses se puede tomar como una buena y gratificante pretemporada.