¿No más honores a la bandera mexicana?

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Por: Jonás Larios Deniz*

Por diferentes medios electrónicos circulan noticias y rumores en torno a la propuesta de suspensión de los honores a la bandera en las escuelas que imparten educación básica. De acuerdo con el sitio http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=148874, dicha propuesta fue planteada por un grupo de diputados panistas. También señala que los argumentos expuestos se relacionan con el carácter bélico del Himno Nacional Mexicano. En este sitio web se afirma que la propuesta para remover los honores a la bandera en todos los niveles educativos del país (primaria, secundaria y preparatoria) ya fue aprobada “con 405 votos a favor, 80 en contra y 15 abstenciones”. Con la reserva de confirmar la veracidad de la noticia y sus particularidades, les comparto cuatro reflexiones:

1. La historia de México se cuenta, principalmente, a través de las ceremonias cívicas en las escuelas. Sería ideal que se leyeran las versiones de muchos autores sobre nuestro territorio mexicano; contrastar las diferentes miradas ayudaría a construir orgullo legitimo por pertenecer a una identidad legendaria. Ayudaría también a fortalecer la imaginación en torno a lo que significa tener patria y ser parte de una patria.

2. Los símbolos cívicos son importantes para generar un imaginario colectivo sobre un territorio frente a las amenazas de la globalidad. En mi opinión tener una bandera o un himno no es simple localismo o nacionalismo, es más que eso: arraigo, pertenencia, nombre propio, sentido de existencia frente a los demás. Es cierto que puede generarse sentido de autonomía e independencia, no obstante, es positivo que se busque independencia de los que norman el planeta Tierra.

3. La construcción de nuevas patrias virtuales han sido posibles gracias a símbolos que se han empoderado, principalmente desde el consumismo, el espectáculo y las religiones: empresas transnacionales como Coca Cola, McDonalds, Apple-Mac y las redes sociales Facebook y Twitter son claros ejemplos de multitudes identificados con un icono comercial. También lo ha sido la música, Los Beatles, Michael Jackson y Madonna son recocidos y amados por millones de personas en todo el mundo. Podemos agregar a esta lista, series de televisión como Los Simpson, que predican valores alternos a una sociedad mundial que vive crisis de identidad generalizada. Las religiones han hecho lo propio con personajes tan queridos como Juan Pablo II y el Ayatollah Jomeini.

4. La religión ha perdido fuerza, la gente vamos cada vez menos a las iglesias (de cualquier religión) y como bien se observa en las redes sociales, fotografiamos los alimentos antes de comerlos, en lugar de bendecirlos o dar gracias por ellos.

¿Qué nos queda? Nos queda la escuela, una vez más la escuela. Hacer honores a la bandera es la oportunidad de enseñar y aprender a respetar el suelo que pisamos. Ser mexicano, alemán, chino o sudafricano es un rasgo de identidad fundamental para llegar a ser un ciudadano del mundo. Tener una nacionalidad es tener un origen; tener madre y padre. No imagino, tampoco recomiendo, una educación sin el ritual en torno la bandera mexicana y al himno nacional. Por favor, después no digan que, lo que resulte, es culpa de los maestros y de la escuela.

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima