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COLIMA, CINCO LUSTROS DE PODER*

 Por: Noé Guerra Pimentel

Dando continuidad a la primera parte de mi ensayo sobre las condiciones que nos trajeron a la situación que vivimos actualmente en materia política y social, aquí ofrezco la segunda parte del mismo, habiendo pasado ya por la elección interna que enfrentó Carlos de la Madrid, imponiéndose a Socorro Díaz, para ocupar la máxima magistratura estatal de 1991 a 1997, con el antecedente inmediato de que en 1989 el PRI por primera vez perdía una gubernatura, la de Baja California, después de que en 1988, con la “caída del sistema”, de manera cuestionada retuviera la presidencia para empezar a perder su hasta entonces histórica hegemonía, entendiendo esta como la condición en la que la única dificultad para ocupar un cargo, sin una oposición real, radicaba en que la o el aspirante (priista) obtuviera su nominación en lo interno, desplazando al grupo dominante o que este, a valores entendidos y previos acuerdos, condescendiera.

Fue la inmediata elección a Gobernador del Estado, la de 1997, cuando por sobre las aspiraciones de otros cuadros priistas como el entonces Senador Jesús Orozco Alfaro, la diputada federal Socorro Díaz Palacios, Arturo Velasco Villa, hijo del exgobernador Velasco Curiel y Alcalde capitalino, y de un emergente como Librado Silva, exdiputado local y exdiputado federal y presuntamente cercano al gobernante saliente, Fernando Moreno Peña lograra la candidatura para luego ratificar su condición frente a un desconocido o como lo definiera Porfirio Muñoz Ledo: “un invento del PAN”, Enrique (hermano del prestigiado agroproductor, Felipe Michel Ruiz), quien viniendo de la nada, gracias al dinero y a una excelente campaña que capitalizó el malestar social contra los acumulados excesos priistas y el resentimiento de expriistas que se veían proscritos del poder, pudo alcanzar y darle una cerrada pelea al exrector, al grado que prevalece la duda de si Fernando ganó o no, incluso se rumoró una negociación de alto nivel para que no sin complicaciones, el exrector llegara a despachar desde el Palacio de Gobierno con un Congreso local dividido: 7 del PAN, 10 del PRI y 3 del PRD, igual que los 10 municipios, entre ellos los llamados grandes: Colima PRD, Comala PAN, Coquimatlán PAN, Manzanillo PAN y Villa de Álvarez PAN.

Al término de su administración Fernando Moreno Peña perfiló, allanándole el camino al interior del relegado priismo a quien resultó sucesor emergente, dadas las condiciones por las que atravesaba el propio liderazgo de Moreno y al no poder garantizar con alguno de los suyos su relevo, fue así como mediante un proceso de elección interno (entre Rogelio Rueda Sánchez, Humberto Silva Ochoa, Socorro Díaz Palacios y Jesús Orozco Alfaro, estos dos que abandonando al PRI se refugiaron en el PRD), llega Gustavo Alberto Vázquez Montes, un cuadro carismático de apenas cuarenta años, que llegaba como líder político de uno de los nichos electorales más fuertes en el Estado, Tecomán, con lo que haría la diferencia, como sucedió en la primera ronda, derrocando a un Enrique Michel Ruíz del PAN, que otra vez, pero con margen indiscutible, la volvía a perder y a Orozco Alfaro, que para perder le compitió como neoperredista.

Elección que por la comprobada intervención pública de Fernando Moreno Peña fue anulada por TEPJF, que obligó a una segunda ronda, la que se verificó en diciembre del 2003, con el interinato de Carlos Flores Dueñas, gente cercana a Moreno Peña y en la que contra el PRI se aliaron el PAN, el PRD y la ADC, presentando a un candidato común, el diputado federal panista Antonio Morales de la Peña, quien favorecido por la “ola Fox” en julio pasado apretada y sorprendentemente le había arrebatado la elección al exalcalde capitalino y exdiputado local Arturo Velasco Villa. Suerte de la que nuevamente salió avante el PRI con un fortalecido Gustavo Vázquez, para encabezar el Gobierno del Estado a partir del 1 de enero de 2004 hasta su fallecimiento, el 24 de febrero de 2005, lo que obligó a otra elección en la que, con el interinato de Arnoldo Ochoa González, también cercano a Fernando Moreno, pero imponiéndose al liderazgo de éste, con el acuerdo y la alianza del legislativo, logró la candidatura Jesús Silverio Cavazos Ceballos, entonces coordinador de su bancada y Presidente de la Comisión de Gobierno Interno del Congreso del Estado, para enfrentar a Leoncio Morán Sánchez, entonces Alcalde capitalino por el PAN, a quien derrotó para tomar posesión el 5 de mayo siguiente y desde ese momento asumir el total liderazgo del poder político estatal. Continuará…

 

*Titulo y segunda parte del avance de mi Ensayo.