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GOBERNADOR DE COLIMA DEL JUEVES AL DOMINGO

 Por: Noé Guerra Pimentel

DOBLEMENTE GANADOR. Sí, no se me asusten, no hay error, Nacho Peralta, el recién virtual Gobernador electo será constitucional del jueves 11 de febrero de este 2016 al domingo 31 de octubre del año 2021, ese será el periodo que ocupará. Ahora bien, por trascendidos sabemos que el ganador consecutivo de dos elecciones, en la primera no solo le ganó al PAN y al ya conocido personaje que compitió como su abanderado, no, también se impuso a quienes debiendo hacer lo contrario desde el aparato de gobierno y desde su propio partido operaron contra su candidatura, y no solo eso, también le ganó a la desidia de un partido central que poco o nada le ayudó, no todo queda ahí, también logró someter a la apatía y hasta desprecio que muchos de los militantes de su partido mostraron contra él, y hay más, el tácito futuro gobernante de Colima le ganó también a esos ayudantes oficiosos, consanguíneos y no, que más que ayudar le perjudicaron en aquella primera campaña.

Hoy la realidad es otra y se escribió a partir del inicio de la elección extraordinaria, cuando el otrora candidato hoy gobernador electo, advirtiendo cómo arrancaba, se atrevió y dio el golpe de timón para hacer a un lado los lastres que desde antes, sin serlo, ya le decían gobernador, a esos que por poco y a punto estuvieron de hacerlo fracasar en su primer intento. La pragmática inclusión de gente verdaderamente capaz y el oportuno distanciamiento de lo que no lo dejó crecer, fue lo que hizo la diferencia para ganar como lo hizo; hablamos de una dirigencia partidista que en todos sus niveles y con su militancia ahora sí lo respaldó, de una estructura gubernamental que si bien no intervino para favorecerlo, no obstaculizó su campaña y, sobre todo, una coordinación de campaña que operó de manera ejecutiva, eficiente y eficaz, profesional y enfocada, sin protagonismos y solvente en la toma de decisiones; lo que a la postre, entre otras, marcó el resultado.

EXPECTATIVA. Muchas son las esperanzas fincadas en torno al ganador de la elección del 17 de enero, todas nutridas por él, su gobierno tendrá que ser no solo diferente, tendrá que ser bueno, excelente sin excusa, ese deberá ser su imperativo y única premisa, no habrá de otra como tampoco hay un después para el partido que principalmente lo cobijó. Los priistas saben que con él se están jugando su última carta: o resurgen como partido político mayoritario en el Estado o desaparecen del escenario. No habrá otra y eso debe permanecer vigente sobre la mesa. El otrora invencible partido debe empezar a hacer lo que nunca ha hecho, dejar de simular para empezar a ser la institución política en la que por las razones que se quieran todavía muchos creen, la defienden, ponen la cara y se la juegan, y para eso se debe empezar a dar señales de cambio, por ejemplo, iniciar con la purga de desleales y traicioneros y, en otro sentido, reconocer y estimular a sus cuadros, los reales, no a los de las antidemocráticas cuotas de siempre, a los de esos sus inoperantes sectores y la mayoría de sus inexistentes organizaciones.

ESTILO PERSONAL. El nuevo gobernador, con su Constancia de mayoría en la mano, tiene claro a quien le debe su posición, sabe que es a la gente y no a los oportunistas que buscan atribuírsela. La gente voto a conciencia y lo hizo por su discurso -mismo que para bien cambió radicalmente de un proceso a otro-, por su personalidad, por su pasado, por su presente y por el futuro que sin intermediarios propuso. Quienes optaron por él, lo hicieron a partir de lo que de él percibieron sin atenerse a la intermediación de farragosos ni de los cuestionados personajes que en Colima todos conocemos. Los ciudadanos optaron por el verdadero cambio que propuso y garantizaba el candidato aliancista hoy virtual Gobernador, un cambio en las maneras de ejercer el poder: con liderazgo, respeto, compromiso, justicia y legalidad; de conducir y forjar los destinos del Estado: con visión, responsabilidad, inclusión, honestidad y pluralidad; y, de administrar el Gobierno: con trabajo, transparencia, equidad y honradez.

RECADITO: Los colimenses seguimos esperando (antes que otras prácticas dilatorias) que el Congreso no dé más largas a la auditoria solicitada desde el 12 de noviembre del año pasado contra la anterior administración estatal por el actual gobernador, en consecuencia, la probable instauración de Juicio Político contra quienes corresponda; además de las sanciones contra el director de Comunicación del propio Congreso a quien (Ley estatal de responsabilidades de los servidores públicos) ya se le debía haber cesado y fincado responsabilidades; y contra el alcalde de Cuauhtémoc, ambos, hasta el momento, únicos indiciados por el TEPJF al haber violado la veda electoral. NO A LA IMPUNIDAD.