Las Adelitas y las revoluciones cotidianas

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Por: Jonás Larios Deniz*

Son muchos los caudillos hombres que destacan en el proceso de Revolución que se vivió en México a principios del siglo XX. La Revolución Mexicana gestó los valores de democracia que fueron y siguen siendo fundamentales en la construcción de nuestro país y su posicionamiento frente al mundo. Los cinco personajes más notorios son  Francisco I. Madero, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y Álvaro Obregón. El único personaje femenino que resalta y es símbolo de la participación de las mujeres en “la bola” es la Adelita. Es toda una leyenda. Corridos y atuendos han convertido a la Adelita en icono de fortaleza femenina desde lo cotidiano. Y aunque se sabe que Adela Velarde Pérez fue una enfermera, más que una soldadera, se ha destacado la imagen de una mujer con escopeta en mano y carrilleras. De 1950 en adelante, México vivió cambios trascendentales y entre los muchos grandes cambios que se dieron fue la participación de la mujer en la vida electoral (a partir de 1953). Un elemento más que redefine la participación de las mujeres en la vida del país es su prevalencia, desde hace algunos años, en la población total. El INEGI reportó en 2010 que de 112 millones 322 mil 757 personas, el 51 por ciento eran mujeres y el 49 por ciento eran hombres (http://www3.inegi.org.mx/Sistemas/temas/). Por lo anterior, hablar de revolución en nuestros tiempos es hablar de políticas afirmativas para las mujeres frente a los hombres, porque de esa manera se traduce la democracia en lo cotidiano. En mi opinión, la vida en México hoy tiene un fuerte componente femenino (y feminista), las jefaturas de familia y las prácticas culturales en torno a la familia se han modificado y las “nuevas Adelitas” trabajan arduamente en la definición de las revoluciones mexicanas cotidianas: doble y hasta triple jornada.  La doble jornada se refiere a la participación de las mujeres en el mundo laboral, y su obligada participación en las tareas domésticas.  De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, “la doble jornada para las mujeres implica que su inserción al ámbito laboral no ha tenido un correlato inmediato en mayor participación de los hombres en las tareas del hogar. Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2009, ellas dedican al trabajo doméstico, en promedio a la semana, 42 horas 18 minutos, mientras que ellos dedican 15 horas 18 minutos a este tipo de trabajo”.  http://www.inmujeres.gob.mx/index.php/sala-de-prensa/inicio-noticias/621-discriminacion-y-violencia-principales-barreras-para-las-mujeres-en-el-trabajo. Las niñas, niñas y adolescentes que participan en los desfiles cívicos que conmemoran la Revolución Mexicana deben saber que las revoluciones hoy en día no son, únicamente, contra las instituciones, lo son en gran medida contra el prejuicio, el machismo y la misoginia. Las revoluciones cotidianas de las “nuevas Adelitas” harán la nueva Revolución Mexicana.

 

*Profesor-investigador de la Universidad de Colima