La Panga

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Las cabañas de Rigo, una historia que indigna…

Por: Mayahuel Hurtado Ortíz

No he encontrado el adjetivo que pueda determinar a uno de los robos más aberrante que se ha dado en Colima, al despojo abusando del poder, al cinismo del que durante décadas se ostentó como un promotor social y quien se pusiera el traje de víctima tras su lastimosa declaración en el Congreso local, que le costara el triunfo legítimo a José Ignacio Peralta Sánchez y a los colimenses nos costara pagar las “ocurrencias” de Rigo, quien ahora para variar, como si faltara la cereza del pastel, está en medio de uno de los escándalos más grandes de la entidad, pero por mucho, de acciones que laceran a la comunidad indígena.

Pero vamos entrando en el tema y  que realmente son dos y se hace referencia a ellas como “cabañas”; están ubicadas en Suchitlán, Comala, y son de Rigoberto Salazar Velasco o, para decir con precisión, de un grupo supuestamente indígena que preside Alida Fuentes Ceballos, su esposa. Un prestigiado medio radiofónico, presentó en toda la expresión la crudeza del tema de lo que he llamado “Las cabañas de Rigo” y de quienes textualmente compartiré a usted el siguiente dato:

“Según registros desde 2014, un grupo denominado “Cabañas La Nogalera”, que preside Alida Fuentes Ceballos, ha recibido al menos 1.1 millones de pesos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) como parte del Programa para el Mejoramiento de la Producción y la Productividad Indígena en su apartado de Turismo de Naturaleza; aunque los recursos recibidos podrían haber llegado a 4.3 millones de pesos, pues esa es la cantidad total planteada en el proyecto “Centro Ecoturístico La Nogalera”, avalado en febrero de 2014.

Las reglas de operación del Programa para el Mejoramiento de la Producción y la Productividad Indígena en su punto 3.2 establecen de manera expresa que los destinatarios o “población objetivo” son “la población indígena organizada en grupos de trabajo o sociedades legalmente constituidas, que habita en las zonas identificadas en la cobertura del Programa”; y Alida Fuentes Ceballos, al no formar parte de la población indígena, incumpliría con este requisito legal esencial”.

Hasta ahí el texto querido lector, la señora co-propietaria de” Las cabañas de Rigo”, no solamente burló a la ley para mentir al pedir un recurso que es exclusivamente de y para los indígenas, además abusando del poder utilizó a su consorte para generar las gestiones necesarias y acceder a los recursos, con la complacencia a totalidad del dueño de sus quincenas. Pero por si faltara poco, nos vio la cara a todos los colimenses y la enseñanza es que en el marco de Octubre, mes en el que se celebra el Día de la Raza, el saqueo a los pueblos indígenas sigue siendo una práctica común, en la que aparte de violentar sus derechos, son utilizados como mamparas, para ocultar negociaciones de posible enriquecimiento ilícito, que le exijo de manera respetuosa al congreso local investigue a profundidad.

En la biografía de Rigo el promotor descarado de los derechos de los pueblos indígenas, encontraremos que en resumidas cuentas, es uno de los funcionarios más vaquetones que ha tenido el estado, pero además, ha gozado de la gracia de ocupar distintos cargos, tales como delegado de la Profeco, diputado federal, diputado local, presidente del congreso, Secretario de Desarrollo Social (Sedescol), entre otros que sirven para demostrar una y otra vez, que los perfiles de funcionario que actualmente se cuidan con lupa para ocupar los cargos, es uno de los grandes aciertos del gobierno Peraltista.

Decisiones que por cierto, lastiman sobremanera a estos lastres que reclaman una posición, cloacas humanas que por cierto,  aparte de querer seguir saqueando al estado de Colima, tienen la desfachatez, de seguir obteniendo  recursos usando a los grupos más vulnerados en la región. No es cuestión de partidos, sino de personas, mi personal repudio a quienes abusan de los sectores vulnerados, para quienes pido justicia, no más, ni menos, tan solo justicia para los hijos del Rey Colimán.