Redacción|COLIMANOTICIAS
Colima, Col.- Con el fin de detectar de manera temprana las alteraciones y enfermedades neurológicas, en la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado se realizan aproximadamente 10 mil evaluaciones anuales de la memoria y depresión en mujeres y hombres mayores de 45 años, toda vez que los pacientes de Parkinson pueden iniciar su padecimiento con cambios depresivos y trastornos de la memoria, incluso antes de los trastornos del movimiento.
En el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, la dependencia estatal agregó que también la atención y el control de la hipertensión arterial, diabetes mellitus y dislipidemia que lleva a cabo en las unidades de salud permiten disminuir los cambios degenerativos cerebro-vasculares, evitando o disminuyendo dicha enfermedad.
Indicó que el Parkinson es un trastorno neurológico que se atiende farmalógicamente en el Hospital Regional Universitario, en donde además se realizan neurocirugías para mejorar las condiciones del paciente, aunque otra alternativa es la colocación de un neuroestimulador.
La Secretaría de Salud explicó que la enfermedad de Parkinson es una alteración neurológica caracterizada por la pérdida prematura de algunas células del cerebro muy especializadas, aún cuando dificulta el movimiento, pero no causa parálisis. Se caracteriza por síntomas motores como temblor en reposo, movimiento lento, rigidez, inestabilidad postural y alteraciones en la marcha.
Así mismo, existen síntomas secundarios en algunos pacientes como problemas urinarios, constipación, trastornos del sueño (somnolencia diurna diaria y apnea del sueño), disminución del olfato, entre otros, que agravan las condiciones físicas y psicológicas del paciente anciano.
De acuerdo al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, mencionó que el Parkinson suele comenzar entre los 50 y 65 años de edad, aún cuando existe un número reducido de casos antes de los 40 años, a los cuales se les conoce como Parkinson juvenil.
Este padecimiento ocupa en México el tercer lugar en frecuencia en las enfermedades neurológicas, y hasta ahora se puede hablar de factores que pueden tener relación con aspectos infecciosos, genéticos, envejecimiento prematuro y factores tóxicos.