En el tema de la sexualidad, la psicología no debe caer en la patologización: Antar Martínez

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*A partir del siglo XIV, la homosexualidad pasó de ser algo que alguien hacía, a algo que alguien era.

Redacción|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.-  “Qué sucedería si se cuestiona la heterosexualidad y no la homosexualidad; qué pasaría si se deja de ver a la sexualidad y al género como una cosa fija, como algo binario”, cuestionó, Antar Martínez Guzmán, profesor de la Facultad de psicología de la Universidad de Colima durante la conferencia “Una mirada crítica al paradigma psicopatológico sobre la sexualidad y el género”, dentro de la Expo Neuro 2016.

Explicó que desde la psicología, al igual que otras ciencias, se ha buscado dar respuesta al porqué las personas son homosexuales. En este sentido, comentó que la psicóloga Katherine Johnson realizó un análisis de diversas investigaciones enfocadas a este tema, encontrando que existe una tendencia a la llamada “perspectiva psicopatológica; esto es, asomarse al tema normal-anormal, natural-desviado, sano-mórbido, además de tres líneas de investigación: la biologicista, la del desarrollo y la psicoanalítica”.

Es decir, desde la parte biológica se buscó “la influencia hormonal, el estrés de la madre, pero también con factores genéticos, hasta postularse la idea del gen gay; la anatomía y estructura cerebral”. En cambio, comentó, la psicología “supone que el abuso infantil, la ausencia del padre y experiencias traumáticas llevan a una persona a convertirse en homosexual”.

Dijo que, en general, el conocimiento psicológico “no solo describe los fenómenos, sino que además ayuda a construirlos o clasificarlos”. Es decir, si un paciente tiene neurosis, retraso mental o problemas de aprendizaje, “estamos haciendo que esa persona entre en un grupo específico determinado por los mismos estudiosos”.

Su punto a demostrar fue que “el conocimiento psicológico ha lanzado una cierta mirada a la hora de estudiar la sexualidad y el género que resulta, por decirlo amablemente, reduccionista y que muchas veces tiene el efecto consiente e inconsciente de categorizar; es decir, de tachar lo que no es reconocido o socialmente aceptado como de algo enfermo”.

Así, continuó, en siglos pasados “la gente podía o no tener relaciones homosexuales, pero es a partir del siglo 19 cuando pasó de ser algo que alguien hacía a algo que alguien era; se habló entonces de un ser distinto al heterosexual y con ello vino después una serie de normas y regulaciones vinculadas con este nuevo ser humano”.

Hasta el momento, dijo, no se ha encontrado una respuesta biológica o psicológica del por qué una persona es gay; “quizás se debe a que la pregunta por dar con el origen de la causa está mal formulada y el conocimiento está sesgado, porque no hay una agenda que busque el porqué de la heterosexualidad ni teorías que aborden la heterosexualidad o por qué las prácticas fuera de las heterosexuales son un problema”.

La idea, insistió, “es lograr que la psicología modifique su mirada a la diversidad de género y no caiga en el efecto de patologización; que no se vaya por la vida separando a la gente entre normal y anormal y metiendo a la clasificación de desviados a todo aquello que no se ajusta a las normas”.