El maltrato a la escuela

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Por: Jonás Larios Deniz

Decimos que las madres son la luz del hogar, que ser madre es una de las bendiciones más grandes del mundo, el día de la madre es uno de los días festivos de mayor arraigo en la vida de los mexicanos; sin embargo, las abusamos, desobedecemos y abandonamos. Algo similar pasa con la escuela. La escuela es un recinto formal donde se ofrece educación en diferentes formatos y niveles educativos. Hay muchos otros espacios en los que se ofrece educación: la familia, iglesia, amigos, calle, etc. Así mismo, aparecen ahora la televisión y el internet como vías de formación fundamentales para las nuevas generaciones, a las que les resulta imprescindible vivir sin tales herramientas. Es preocupante que formalmente la escuela aparezca como el único espacio obligado a educar a los niños, niñas y adolescentes y que se haga caso omiso de lo que otros medios hacen para educar (y deseducar), incluso con mayor impacto. La televisión es y seguirá siendo el espacio más influyente en la opinión de las personas. El internet continúa posicionándose, no obstante, los problemas de conectividad siguen siendo un reto importante para llegar a toda la gente. Hoy que inician clases me gustaría decirles que las escuelas y en particular la escuela pública en México sufre maltrato. Las madres y padres de familia, los medios de comunicación, los gobernantes, los estudiantes, todas y todos son abusadores de la figura institucional que representa un centro escolar. Se ha malentendido el mandato que sobre educación se estipula en el artículo tercero de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Algunas personas interpretan que es obligación del Gobierno ofrecer educación, y no asumen que es también obligación recibirla. En este sentido, se dificulta el trabajo que realizamos las autoridades educativas y las y los profesores porque no se puede sancionar a los que no acuden a la escuela o bien que no colaboran con ella. Es difícil entender que los medios masivos crítiquen el trabajo de los docentes y al mismo tiempo difundan contenidos altamente nocivos. No es queja, más bien se trata de solicitar que se sumen al proyecto de educación mexicana que se está proponiendo. Visiten las escuelas, acudan a observar el trabajo en las aulas, propongan actividades, donen un poco de su tiempo y de sus habilidades para reparar, conservar y mejorar las instalaciones. La escuela pública es de todas y todos. La escuela igual que las madres deben ser queridas y cuidadas más allá del discurso. No las abandonemos.

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima