Por: Gerardo Velázquez de León
Qué doloroso es para los seguidores al Guadalajara el silencio, el ver cómo se cae a pedazos su querido equipo y que la única respuesta que tengan es una directiva segmentada, con ideas dispares y sin unificación de criterios. Pasan las jornadas y el equipo se deforma en el campo, no son las Chivas, las queridas Chivas, son únicamente un equipo del montón que hace recordar con sus entradas en el Omnilife al Necaxa de los 90, con la diferencia que aquí no ganan maldita la cosa. El lugar común más continuo en el ámbito futbolístico es ahora que gracias a Leones Negros las Chivas se mantendrán en la máxima División, pero pocos vislumbran el futuro y no es nada prometedor.
Si todo sigue como hasta ahora, iniciarán la temporada 2015-16 como los peores en el porcentaje con una diferencia abismal en relación a los otros equipos de la División y cruzando los dedos para que aparezca un equipo que emule lo hecho por la UdeG, es decir, nada.
¿En dónde está Jorge Vergara que presumió hace algunas semanas que estaba de regreso activamente en el futbol? ¿Por qué dejar en manos de directivos inexpertos un equipo que debe estar dando notas positivas cada semana y no escándalos? ¿Dónde están las Chivas?
Carlos Bustos tiene dos caminos muy claros: tomar el verdadero control del equipo, del sistema de juego que pretende y que le convence, imponer mano dura con futbolistas que no rinden absolutamente nada en relación a la inversión, o bien, retirarse, irse ya. No es buscar una liquidación, no es momento de pensar en el dinero, es tiempo de tener dignidad.
Ya salen noticias y más noticias anunciando al posible relevo de Bustos, desde la ilógica e incoherente idea de traer a un español que de futbol mexicano sabe nada, pero como es recomendado de Albert Benaiges lo ven con buenos ojos, hasta la posible contratación del colombiano Luis Fernando Suárez, que de concretarse muchos temblarán en el interior de la institución, porque la fama de mano dura no es solamente palabrería y sería imposible que se dejara ningunear. Benaiges y sus amigos no son los salvadores de Chivas, solamente aprovechan la coyuntura para ganar posiciones internas, hacerse del control total.
Jorge Vergara lleva muchos espejitos comprados en su gestión. Es tiempo de profundizar antes de creer, estudiar los casos antes de seguir tirando dinero a la basura. ¿O no será tiempo que ponga a la venta al equipo?
Está claro que no puede con esto y que cada vez el panorama es más arduo y complejo. Se demuestra que por mucho dinero que se tenga en el futbol, no es el detonante del éxito.