*En un coro no hay democracia: “Quiero decir que las personas no elijen qué es lo que quieren hacer, sino que deben cumplir con una función específica dependiendo de las características de su voz”, añadió.
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Colima.- El maestro Gabriel Frausto separó las voces de los asistentes a su charla “El arte en el canto coral”: sopranos a la izquierda, mezzosopranos al centro, contraltos a la derecha, y enseguida sugirió ejercicios: respirar, abrir el diafragma, mejorar la postura, la dicción y la articulación. Luego les pidió aprender una breve cancioncita: “Si de noche ves que brillan titilantes las estrellas, no es que brillan, es que así platican ellas”.
Al principio hubo, timidez; al final, hora y media después, los alumnos llenaron con su canto una salita de la Pinacoteca Universitaria. “No sabía que podía cantar así”, dijo en tono maravillado Yuliana; “creo que este encuentro nos inspiró a muchos”, añadió.
El ejercicio sirvió también para que los estudiantes valoraran los procesos creativos y todo lo que sucede antes de que un coro se declare listo para actuar en público; además, tomaron conciencia de la gran falta de respeto que implica dejar sonar el celular, hablar con el acompañante o distraerse cuando se acude a un evento de estas características.
La charla “El arte en el canto coral” se celebró como parte de las jornadas culturales universitarias “Intramuros”, que organiza la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad de Colima. Gabriel Frausto compartió su visión del canto: para él, la actividad como intérprete, pianista y compositor se ha vuelto fundamental porque ha sido su alimento espiritual, su manera de comunicarse con el prójimo, pero también con él mismo.
En otro momento de la charla, compartió algunos tecnicismos del canto; reveló que existen, a grandes rasgos, dos tipos de voces: las blancas (mujeres y niños) y las negras (hombres) y explicó que en un coro no hay democracia: “Quiero decir que las personas no elijen qué es lo que quieren hacer, sino que deben cumplir con una función específica dependiendo de las características de su voz”. Un coro, sintetizó, “está integrado por personas que se reúnen porque quieren cantar juntas, crear armonía y consonancia juntas; quieren crear algo bello a partir de la voz”.
Gabriel Frausto Zamora nació en Colima, en el año 1973, pero siendo muy pequeño se trasladó con su familia a Venezuela, donde inició el estudio de piano y solfeo con su padre, el Jesús Frausto López. Formó parte de la Orquesta del Instituto Niños Cantores del Zulia como primer cornista.
En 1984, a los once años de edad, regresó a Colima y continuó sus estudios de piano, órgano y técnica vocal. En 1992 se traslada a Guadalajara, donde estudió en la Escuela Superior Diocesana de Música Sagrada. En 1995 obtiene su Licenciatura en Canto Gregoriano y al año siguiente la de Composición. Ha sido becado por la Universidad de Colima para realizar estudios de Dirección Vocal y Coral en Italia, Austria, Alemania y Francia. Desde Julio de 1995 es el Director de los Niños Cantores de la Universidad de Colima.
“Intramuros” se organiza con la finalidad de acercar a la gente a los procesos de creación en el arte y la cultura.