ANÁLISIS POLÍTICO

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¿Y LOS CHALECOS CONTRA EL CRIMEN?

Por: Abel González Sánchez

Ante la ola de violencia con el frecuente uso de las motos en los asesinatos, y por la facilidad que tienen para huir de los cuerpos policiacos sin ser identificados, se acordó por parte del Congreso del Estado la obligación a todos los motociclistas de portar un chaleco con un gran número visible de la placa de su moto en la parte frontal y posterior, este especial dictamen por razones de seguridad pública fue aprobado el 24 de junio de 2014 por el Congreso del Estado reformando la Ley del Transporte y de Seguridad Vial del Estado de Colima.

La iniciativa fue presentada por el ex diputado Arturo García Arias, ex legislador de Tecomán, preocupado por las ejecuciones en moto en ese año de 2014, pues allá iniciaron los asesinatos, y los primeros que protestaron contra los legisladores por aprobar el uso de los chalecos, fueron los empresarios expendedores de comida rápida en la capital, algunos motociclistas y Salvador Fuentes como alcalde panista de Coquimatlán, advirtiendo inclusive que él no acataría la disposición del Congreso, se vino la grilla de la oposición partidista sin preocuparles la alta violencia de esa región de Tecomán y Armería, aunque ocurrían también asesinatos aislados en Manzanillo y Colima.

¿Pero qué podemos opinar los colimenses ahora al respecto? ¿Quién tenía la razón? La violencia y los asesinatos en motocicletas ya no están ahora solo en Tecomán, los crímenes en moto están en todo el estado, la realidad es que esta decisión del Congreso no era de opiniones personales, ni de la mía propia, ni la de un empresario, partido o un alcalde, que de hecho está obligado a cumplir un mandato estatal constitucional, se trataba de atender un asunto de estado, de seguridad que es prioritaria para el desarrollo, la tranquilidad y el bienestar de Colima, además el mismo gobierno del estado anunció que los chalecos se les entregarían a los propietarios sin costo alguno y que la medida podía ser temporal, pero era obligatorio utilizarlos. ¿Valdrá la pena volver analizar el uso de estos chalecos? El PAN tiene a cargo ahora el Congreso Estatal y dirá como dijo Fox ¿Y yo porqué?, argumentará que el asunto de la seguridad pública es del gabinete estatal. Así se las rajan estos partidos, siempre en pleitos y culpándose uno al otro.

Los partidos PAN y PRD en el historial periodístico del 2014 respecto a los chalecos dijeron que esta medida es priísta y de seguro es electoral porque los chalecos van a ser de colores del PRI o con logotipos del Gobierno del Estado y no es correcto porque en el próximo año del 2015 habrá elecciones, pero hubo otra declaración a raja tabla, la ex legisladora panista Yulenny Cortés León hoy alcaldesa de la Villa dijo que la iniciativa “es un lobo disfrazado de oveja, un impuesto disfrazado de chaleco” y tiene por objeto “cargarle la mano a los ciudadanos” y que no estaba de acuerdo tampoco, el proyecto se puso a consideración, la oposición logró 10 votos en contra y el PRI con partidos aliados obtuvo 13, ganó, la aprobó, pero aún así ante las críticas prefirieron derogarla.

No hace mucho mencionábamos en esta columna que ante la falta de elementos policiacos y patrullas en varios municipios, veíamos los ciudadanos la necesidad de que los taxis los cuales son miles en las ciudades en todo el estado, localidades y comunidades rurales, que inclusive están controlados la mayoría por organizaciones priístas y bien identificados, para que participaran dentro del plan estatal de seguridad pública, con un nuevo programa auxiliar de apoyo ante esta ola de violencia, son desaprovechados pues trabajan en las calles las 24 horas, cuando pueden traer equipo de radio comunicación para la inmediata localización de vehículos o motos que vayan huyendo o estén cometiendo algún delito en las colonias o comunidades apartadas, inclusive los radios les sirven a los taxis para su propia seguridad y la de los pasajeros, pero nunca tomaron en cuenta nuestra propuesta, mejor cambiemos de tema porque supuestamente este es asunto exclusivo para los expertos en investigación de seguridad y procuración de la justicia y nosotros los ciudadanos no sabemos nada sobre el tema, por ello, como decían en Chapulín Colorado, ¿Y ahora quién podrá defendernos?