ANÁLISIS

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Revisión del salario mínimo: una deuda social

Por: Luis Ávila Aguilar

Interesante resulta sin duda el debate nacional respecto al incremento del salario mínimo propuesto por el jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera dado que toca un asunto nodal en la economía de millones de mexicanos, siete para ser exactos, que viven con este depauperado salario que ofende, por cierto,  la dignidad humana.

La propuesta hecha por el jefe del gobierno capitalino, denominado “Por una política de recuperación de los salarios mínimos en México y el Distrito Federal” viene siendo presentada por este,  como  estratégica y estructural dentro de la política pública que impulsa desde su gobierno.

Dicha propuesta busca  un incremento paulatino de salario mínimo nacional de 67 pesos con 29 centavos que es en la actualidad, a 82.86 para el año 2015 para cerrar el sexenio en 2018 con 171.03 pesos, lo que significaría a juicio de los expertos que elaboraron la propuesta mancerista, una recuperación significativa del depauperado salario mínimo de los trabajadores mexicanos, que viven con esa condición económica.

La propuesta es de buena intención a mi juicio ya que va al fondo para resolver una problemática macroeconómica nacional que afecta a millones de personas que se encuentran en esta condición y que viven,  o sobreviven para mejor decirlo, de esa percepción económica, que lejos esta, hay que decirlo,  de proporcionales niveles dignos de vida, vestido, calzado, vivienda, salud, educación, y ya no se diga recreación para la familia.

Independientemente de quien viene, la propuesta resulta favorable para los mexicanos, sin embargo,  a juicio de los conocedores de la economía e intelectuales defensores del modelo económico neoliberal, dicho incremento del salario provocaría una espiral inflacionaria que remataria al final con un incremento generalizado de precios, al  incrementar a su vez los costos de producción y en consecuencia de los precios de los productos y servicios.

En teoría resulta lógico, pero  es verdad también,  que el salario mínimo de los mexicanos es quien ha pagado  los costos ya históricos de las etapas inflacionarias vividas por nuestra economía,  en los años de crisis  recurrentes desde  los años 80 y el arribo del modelo económico neoliberal, que no ha hecho más que golpear la economía de quienes menos tienen,  por lo que la revisión del salario,   coincido con el jefe del gobierno capitalino,  ya es una deuda social.