“A las doce una y a la una doce”… caguamas

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* No me arrepiento de ser albañil, expone Benjamín Ávila Reyes  

Óscar Cervantes|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- Más de 48 años entre pico, pala, arena, cemento, ladrillo, grava, tabicón y caguamas, es la vida de Benjamín Ávila Reyes, quien ciego de un ojo, porque un clavo le rebotó en su rostro, sostiene que no se arrepiente de ser albañil.

Sonriente y alistando el cazo para las carnitas con motivo del Día de la Santa Cruz, mientras sus compañeros llenan una carretilla con hielo y cervezas, narra cómo ha sido su vida desde los 17 años de edad que inició en el trabajo de la construcción.

Para él, la Santa Cruz es la patrona de los albañiles que los protege durante sus largas jornadas de trabajo, día que la festejan a su lado a cuenta de los patrones que son los que jalan con el “chupe”.

De 8 de la mañana a 6 de la tarde, sábados con intervalos de una hora para comer y en ocasiones los domingos, son los horarios de un albañil.

A pesar de que es un trabajo que implica sacrificio físico, mental, responsabilidad, compromiso, capacidad  y otras cualidades, refiere que lamentablemente una gran cantidad de sus colegas  albañiles no cuentan con seguridad social, sin embargo sostiene que la culpa la tienen ellos mismos porque no reclaman  a pesar de que son obligaciones de los patrones brindar seguro.

“Es importante que se unan y protesten, lo digo por experiencia porque estoy ciego y afortunadamente me tocó trabajar con un arquitecto que me dio seguro durante la obra donde me accidenté”, consideró.

Benjamín Ávila, quien es uno de los 21 mil albañiles que trabajan en la entidad, según cifras del INEGI, sostiene que no se arrepiente de su oficio porque su padre fue albañil, sus hermanos y sus hijos también laboran en la construcción.

Dijo no arrepentirse en lo absoluto de ser albañil porque gracias a este oficio logró sacar adelante a su familia en su desarrollo académico, vestuario y comida.

“A las doce una y a la una doce, caguamas”.